Mi trabajo

Lo odio. Y lo sabe. Odio ir a esas cenas de alto "standing", no soporto a la gente que asiste y eso que muchos son clientes. Su prepotencia me irrita. Pero lo que más detesto es su hipocresía. Sus mentiras, no soporto las mentiras, y eso que yo vivo en una. El motivo de ese evento, era recaudar dinero para las víctimas de no se qué huracán, vamos,  salir en revistas y quedar bien, algunos sanear su imagen. Pero como pueden ser tan rastreros, en mi mesa estaba uno de los directivos de un banco que financia uno de los conflictos más crueles de oriente medio, usan armas químicas, usan el terror para dominar al pueblo, usan la tortura como medida de represión, no digamos el horror que sufren muchas niñas separadas de sus padres asesinados con una bala en la cabeza, bala que costea ese ser que tengo delante. No suelen hablar abiertamente y si les preguntas te dicen que no saben nada que ellos mueven dinero para dar beneficio a sus clientes...puaj que asco. Pero las gestiones, los contratos,  los firma él. Recuerdo en otra comida para salvar algún animalito, que una mujer alardeaba de su abrigo de visón, creo que se necesitan más de cien para hacerlo, despellejados vivos para ricachonas que luego dan fiestas para recaudar dinero para refugios de chihuahuas...a saber, lo poco que le debe importar los animales.

Lo odio. Casi tanto como ir de etiqueta, no me gusta disfrazarme para nada, en mi trabajo ya uso disfraces pero muchas veces es porque tengo que interpretar un papel, otras es porque necesito camuflarme, otras es simplemente para sobrevivir. Pero tener que aparentar algo que no soy delante de esa gentuza, me supera. Cuando no trabajo prefiero ser yo mismo y si voy a esas fiestas dejo de serlo. Como me gustaría desaparecer, vivir en una montaña aislado de todo el mundo y solo bajar en contadas ocasiones cuando tenga un buen contrato.

Lo odio. Odio a Sylvia. Mi santa esposa, mi tapadera, lo odio.Todo empezó como casi todas las relaciones entre humanos, por pasión. Ardíamos juntos, solo el roce de nuestros dedos hacían estallar chispas, los corazones palpitaban airadamente y nuestras vidas eran como una atracción. Luego pasamos al amor, esa burda mentira que hace que sigan las parejas pensando que un día la pasión volverá. Luego sigue el amor casi fraternal, es una estima fuerte pero apenas existen las chispas, el fuego es fatuo, gaseoso, se esfuma como las ilusiones de aquellos amantes que se juraron amor eterno. Y al final pasamos a la relación por interés, por no buscar nada nuevo, por temor a cambiar algo que deshaga esa vida preestablecida...y en mi caso me sirve de tapadera. No me mal interpretéis quiero a mi esposa, uy perdón que he dicho que no me gustan las mentiras, la odio.................






Código: 1402280255580
Fecha 28-feb-2014 21:09 UTC
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