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martes, 22 de diciembre de 2009

DIA “MIELSEABUNDO”

Que raro es todo, que absurdo levantar he tenido hoy. Miel en los zapatos, que largo caminar. No hay puente sobre el río. El Río ríe, lloran las piedras verdes, las negras callan, las redondas están pensantes y las planas sudan, que tontas son. Pero sino hay puente, ¿Cómo pasarán los animalillos el río?. Sí, ya sé, los peces volando, los pájaros nadando, ¿pero y el león o la jirafa o el camaleón o la avestruz o Dios sabe qué?, ¿Cómo pasarán?.

Y el Río dijo:

“-No temas mortal humano,
yo abriré mis entrañas y
pasar les dejaré
no morirán;
no lo permitiré.
¿Tu pasarás?,
lo dudo mucho.
¡Confía en mí,
mortal humano!.”
Y el Río concluyó.

Mearé sobre ti, Río. Gracias por solucionar lo del paso de los animales. Pero me ofendes cuando me dejas pasar. Yo sé buscar. Creo. ¡Pero que veo!. Dos mismos caminos separados por seda negra. No veo ninguna señal que indique a donde se dirigen. ¿Y si me pierdo?. En fin se lo preguntaré al Suelo. ¿Qué camino escoger?

Y el Suelo dijo:

“-Rueda, rueda y negra rueda,
gira sobre ti mismo,
cuando caigas, del que estés más
cerca, caminarás.”

Y el Suelo así concluyó.

Que escueto, pero que preciso, está bien, así lo haré, “alé hop”,… me mareo…, veo doble…, ya paro…, ya caigo…. Unos segundos para reponerme y…, a ver, estoy en el de la derecha. Pues este ha de ser el camino escogido, o no. Es tortuoso y seco. Que paisaje tan bonito, no hay nada. Pero es una nada bien vacía. Creo que me sentaré, aquí mismo sobre esa piedra. “-Sí es una piedra”- dicen otras piedrecillas, “Se llama Ñam-ñam”-dicen las tontillas. “¿Por qué?” pregunto a las salerosillas. “-Por que se come a quién se sienta sobre ella.” Buena respuesta si señor; eso quiere decir que yo soy un gran bocadillo, pues no me está comiendo ya, la condenada piedra se me está engullendo. Como estaba sentado sobre ella y ha empezado por la retaguardia parezco una “V”. Que frío, “-¡No me importa que me comas, pero no me babees!.

-Perdón.
-Perdonada- parece que estoy dentro ya. Estoy de pie. Es más grande de lo que parecía. ¿Habrá alguien más?. Eo, eo, ¿hay alguien?. Nadie responde. Que silencio tan callado. Oigo a mi propia sangre su recorrido por mis venas. Oigo a mis pensamientos salir por mi cabeza. Oigo la pesadez de mis llantos. No hay nadie. Solo, estoy solo.
-No estás solo.
-Soy el alma de la piedra, esa que te ha comido. Soy bella, ¿verdad?, sí lo soy, lo sé, ¿qué buscas, amigo mío?.
-Busco Aire que me infle. Necesito un solo camino, por que sólo tengo una mente, y un solo pie, y sólo una pierna. Dime una cosa, ¿el camino que he escogido es el correcto?.
-Cualquiera de los dos. ¿Qué más da uno u otro si el que lo escoge eres tú?. Cuando optas por uno tienes que saber el por qué. ¿Por qué el de la derecha?.
-Me he caído en él, seguí el consejo del Suelo.
-¿Otra vez?.
-Sí, pero creo que este camino no existe. Vivo en él, sí; pero no estoy, no existo. Soy como una burbuja en un cielo negro inexistente.
-¡Sí pero cuando estalla se oye plof!.
-Vivo en un mundo de ensueño. Y los sueños sólo son eso, falsas realidades. Quizás esté soñando ahora, no lo sé, quizás no esté dentro de una roca.
-¿A no?, ¿un sueño y yo que soy entonces?, ¿una berenjena?
-No lo sé.
-Haz una canción, o escribe versos y llena tu pulmón izquierdo un poco
-No creo que pueda, o sepa, o diga, o… no sé.
-Inténtalo.
-Está bien, esta es mi: Oda a ti, Piedra:

¿Qué es una flauta, sin aire?,
nada, yo tampoco.
Vi una roca un día,
y me comió sin piedad.
¡Que terror ver aquello!
Pero dejarme ver un poco.
Noche y día, luz o a oscuras
Pero un rato más.
No veis a la flauta.
Ten compasión piedra,
no me engullas del todo.
Estoy perdido, siempre
lo he estado.
Piedra, que llena estás.
Dame aire con que comer,
y seré feliz, un infeliz
humano feliz. Por fin
Dorada es mi Piedra,
con rasgos claros y
fina es, está pulidita.
Seda blanca, al tocar
parece. Pero flauta
de nada sirve, sin
aire.
Yo tampoco.

-Aquí lo tienes, no sé lo que es, un poema, no soy poeta; una canción, no soy compositor; yo, mi ser, mi pecho, mi vacío, quizás sí. Tómala y toca una canción.
-Gracias, ahora duerme, quizás me sueñes…

sábado, 19 de diciembre de 2009

¡PUES QUE BIEN, O MAL, NO SE!

Estoy al borde de la locura. Sí. No sé que me pasa, día tras día mi estado de ánimo no cambia. Lucho por estar a gusto con mis amigos, mi familia, incluso conmigo mismo, pero no lo consigo. No lo entiendo. No sé si se han dado cuenta, no me importa; no sabrán ayudarme. No se ayudarme ni yo, Sólo la música me despista de mi tormento. Se acerca por lo lejos, no sé el qué, solo veo un punto negro. Se acerca al son de un terrible cantar, yo grito y grito, pero mi voz no se oye. ¿Por qué no me oigo?, ¿es qué no soy yo?, ¡oh Dios!. Ese punto son nubes grises y densas. Quieren dejar caer sobre mí su ira. Pero no sé de qué ira se trata, o quizás si que lo sé, estoy cansado y aburrido; no estoy. Ya llueve sobre mí, no me importa. Cada gota se me clava y me traspasa, duele mucho. Oigo notas agradables, no me ayudan.
Solo ante la lluvia, solo ante mi mismo. Soy un llanto en el cielo, un soplo en el huracán, un grano en el desierto, una “coma” en la Biblia.
Suspiro y me trago mis propios pensamientos, son tan oscuros que no los puedo ver. Haré una poema, aunque ni lo sepa hacer, este es:

Oscuro mal estar
de mis entrañas,
te haría saltar,
no me aprietes más.
Dioses del mal
Dioses del bien,
¿a quién recurrir
en la fatalidad de mi ser?
Pluma soy y
nada tengo que ofrecer
a la fría nieve.
Si el frío me hiela
la sangre cálida que tenía.
“No más, no más
o al fin morirás”
¿Eso cantáis ya?.
No veo mi luz,
no oigo mi voz,
no canto mis palabras;
¿llegó ya la noche?
O de nuevo eres tú.
Sí, tú, maldito.
Maldito ser, yo.
Quiero ver, que ciego
soy, negro es.
Irme de noche
con las estrellas,
que fácil es.
Acabar con la canción
que fácil es.
Que lloren todos mañana,
que fácil es.
Escribir una carta y no formar,
eso es lo que me duele.
Pero aún no sellaré mí
Vida.

Aquí estoy yo, intentando hacer un poema, no sé hacerlo. Lo bonito es que me reflejo en él, lo bonito es que soy capaz de hacerlo, de intentarlo al menos. Pero sigo sin saber dónde estoy y por qué estoy sin saber que estoy, y porque me duele saber dónde quizás puede que llegue a estar.
Mi alma vendo al mejor postor, y el único comprador es el mañana. Ojalá se pudriese esperándome. No sé como saciar mi sed, ni como apagar mi angustia. Ni los consejos de un viejo filósofo me ayudan, su recuerdo no me vale. Intento ayudarme con la marcha alegre de un genio de la música clásica. Pero ni su fuerza supera mi más potente suspiro y su belleza sólo me agrada, no me sana.
Se ha ido, hasta ella me ha abandonado. Más solo que nunca me siento. Me ha dejado mi aliada más poderosa, sí, me ha dejado solo ante mi desdicha. Mi mejor amiga se ha ido, la Imaginación se ha perdido en mi soledad. Quizás regrese cuando yo recupere las ganas de utilizarla, pero no puedo, o peor aún, no sé.
Estoy semitumbado sobre un colchón de chinchetas. El cuerpo me duele pero todavía no más que el alma. Igual que el presente y el futuro. Mientras tanto sigue lloviendo y las gotas siguen clavándose en mi ser. Se mezclan con mis lágrimas. Sí, estoy llorando, no puedo ver mi sangre correr.
Sé que seguirá lloviendo, necesito de un gran huracán, que me salve, que me ayude. Hasta entonces seguiré solo, como pueda, espero aguantar. Creo que podré, sino, de que me sirve contemplar a esa ave volar.

sábado, 12 de diciembre de 2009

AULLIDO EN LA NOCHE

Frente a mi el ejército del mundo, quien sabe quizás esta vez gane y muera. Quien sabe, mi voluntad ante todo y todos. Quiero vivir, quiero volar; pero no seguir viviendo como uno más. No lo permitas bestia mía, no dejes que caiga como los demás. No quiero ser un mortal, temeroso de la muerte, cobarde y vulgar. No quiero ser presa fácil de mi vida fácil, no quiero ser un número en el universo, simplemente Universo quiero ser.
No quiero oír llover de nuevo. Quiero que el aire infle mi pecho y me haga explotar. Quiero cantar mis canciones y que las oigan los sordos. Morir quemado con mis ilusiones, si éstas no se consiguen. Libertad. Sólo soñar una vez más me mantendrá vivo, sólo ver un camino dulce de caramelos de fresa. Chupar esos caramelos es mi salvación. Solo he conseguido mancharme, tengo pegajosos los dedos, las manos pegadas al barro, no se moldear nada. ¿Dónde está el agua de mi ser?, de nuevo existe el río de mi recuerdo. No. Porqué caer siempre de cabeza y no de costado. Morir de pie es mejor que arrodillado, pero es mejor morir en el cielo.
Quiero matar al pájaro negro que acecha mi tranquilidad. Con mis manos sucias de sangre acabaría con él. Se volvería rojo, no con mi sangre sino con la suya. Yo reiría y reiría, y sólo lloraría por el plumaje desperdiciado. Pero yo tendría un gran banquete. ¡Venir, venir a comer y a beber todos!, invito yo.
No puedo cerrar los ojos, parece que tenga los párpados pegados a las cejas. Sólo veo y veo aquello que no quiero ver. Que frases más típicas para los cobardes. Pero es cierto y no es cobardía, es un sueño. ¿Soñar es vivir?, ¿vivir es soñar?, prefiero la decapitación del reo a soñar de nuevo. ¡Tú , zorra, cállate!. No quiero oírte más, te mataré como no dejes de reír. Sabes que juré no tropezar, no lo he hecho, sólo he caído. Tienes que reconocer que he construido un cielo real y he volado en él. Pero la tormenta del desierto seco ha arrasado mi cielo azul. Ahora parece un palacio derruido y con polvo por todas partes. Una brisa seca destroza mi cara y seca mi llanto. Cortes faciales sangran, derroche de vida estúpida, más estúpida es la espera de una vida mejor.
Un espejo se rompe en la noche, y nadie parece darse cuenta, sólo yo. Mil trozos que hacen más daño que una tonelada de cemento sobre la sien. ¿Por qué esos trozos se pegan?, ¿es que no pueden morir y ya está?. No quiero alimentarles con mi sudor. Lo hago. El trovador llora bajo la luna, mientras sangra por los dedos. Ya no le quedan notas para ella. Todas se las ha llevado el príncipe verde con su luz falsa. ¿Qué hacer frente a un rubí?, morir. Morir para luego cantar, trovador sigue con tus notas duras, es tu consuelo. Trovador mata a la tranquilidad de tu ser y toca de nuevo. Engrasa tu instrumento con sangre de tus venas y toca. No dejes que un sapo disfrazado te derrote. Frente a ella tu eres el sapo, pero tu sabes y ella también que tu guitarra mataría a cualquiera; que tú sin ser príncipe eres noble. Que tú sin rubí, eres rico. Canta y sé tú quien gane la batalla perdida. Levanta y sigue. Corre, ve, salta al vacío y vuela; sostén, mientras lo haces, tu guitarra. Que lloren los que pierden, tu no. Vivir es morir. La princesa roza la duda, si, lo sabes. Pero tu sigues llorando porque todo acaba en un simple suspiro. Bombea fuerte tu corazón. Sigue corriendo. ¿Cuántas princesas faltan aún?, no lo sabes. Pero Trovador, no cambies, no te vendas al más bajo postor. Esta es la historia de un joven trovador que murió sólo pero feliz. Porque por sus venas corría fuego y no agua. Ojalá todos aquellos que por sus venas corre agua mueran mal acompañados. Vivir es seguir de pie, no arrodillado. Siempre es más fácil arrodillarse, dudar entre estar erguido o bien, ceder al suelo, es una lucha dura. Es nacer o seguir creciendo deforme. Ser una creación o una figura de cera quemada. Cuantas ventajas tiene inclinarse; si, esa es la gran premisa de los que sacrifican su ser. Es tan molesto ser bípedo que arrastrarse parece lo mejor. La noche del reptador. Es como en una guerra civil, muere un hermano por muy putrefacto que sea. El que elige ser bípedo, muchas veces se cae a la hora de mirar, a la hora de buscar un espejo en el que reflejarse con alguien. Pero sigo pensando que morir descalzo es malo, te puedes constipar, mientras que si lo haces con botas puedes caer en la tentación de comprarte una piel de serpiente; eso si, se muere de pie.
Que te claven un puñal en un ojo duele; pero que te claven un sable en cada ojo, duele más, sobre todo si llevan veneno. Lo digo porque he perdido el tren y no puedo alcanzarlo, es que molesta mucho correr con sables en los ojos. Además es un tren reforzado con un motor especial, de color verde, ¡corre mucho!. ¡Vaya por Dios!, el trovador ha sido chafado por la locomotora. ¿Cómo te sientes?: - Algo chafado, estoy cansado y sudado. – Sigue cantando, Trovador. –Si, lo haré. Sorpresas te da la vía, digo, la vida.
Creo que voy a quedarme sentado en este precipicio. No veo el final de una posible caída. Tampoco el principio del cielo claro. No me queda más remedio que la espera de una nueva estrella fugaz. De mientras escribiré una canción, la cantaré y luego la quemaré. Siento unas ganas locas de gritar. Gritaré. Si, a ti noche infernal que me devoras lentamente. Pasan los segundos y me consumo. No puedo pararte, que puedo hacer, día y noche se alían, ahora no tengo opción, es el fin de mi nueva historia, historia que ha empezado tras el fin de ella misma. Así eternamente, no tengo más remedio que aullar en la noche.

viernes, 11 de diciembre de 2009

¿YO?, ¡DONDE!

Esta mañana me he despertado y me he levantado, normal; cuando estaba delante del espejo me he visto reflejado en él. Entonces he cabeceado al maldito espejo. Que dolor más grande cuando me he dado cuenta que el cabezazo me lo he dado a mi mismo. ¡Si, si, ya lo limpiaré todo!, ya recogeré los pedazos que han caído y pasaré el trapo por el suelo ensangrentado. Cuanta prisa, tiempo al tiempo.
Lo peor de todo no es limpiar, sino el saber que con el cabezazo creo que me he perdido. En serio he pasado por otro espejo y esta vez mi reflejo no estaba. Dudo mucho que ahora sea un vampiro, así de sopetón, no creo. Muerto tampoco, me duele la cabeza y mi madre me ha visto antes, ya sabéis, la bronca por el estropicio, me ha hecho limpiar lo que he ensuciado. La única explicación es que no estoy, claro qué, pienso, menos mal, ¡existo!. Hay poca gente que exista.
Quizás debería acostarme un rato, a ver si vuelvo. ¿Habré ido a comprar o tal vez a pasear?. Bueno esperaré y mientras leeré y escucharé algo de música. Como relaja un momento en el tiempo dedicado a uno mismo, con buena lectura y con buena música. Todavía no he vuelto. Si que llego tarde, podría llamar al menos para decir donde estoy, con quien ando y a que hora llegaré, ¿no? , si es que cuando hago una locura, la preparo a conciencia. Rompo un reflejo y desaparezco.
Llevo varios discos y casi acabo el Quijote, ¿dónde demonios estaré?. Decidido, voy a buscarme. Empezaré por la habitación oscura. Tiene las paredes, el suelo y el techo de color negro. Es como un gran párpado. A lo lejos oigo un ruido, no veo nada. Ahora se oye tan cerca, si estoy acercándome. Es agua, una pequeña cascada en la pared. Agua dorada, como si el sol la tostara, es cálida, su rugido me da valor para buscarme. ¿Qué pasa?, todo se mueve. Un gran tornado se dirige a mí. Que viento tan fuerte, ¿me tirará al suelo?. La tromba de aire recoge el agua, me envuelve, me desnuda, me alza a lo alto de la habitación. Penetra por mi boca, me llena, me sacia, quizás me esté dando vida. Oídme pájaros, ¡estoy vivo!; oídme felinos, ¡soy pájaro!; oídme lagartos, ¡soy felino!; oídme, ¡no soy yo!. Estoy perdido. No estoy, Soy. No. Fin. Voy. ¿A dónde?. A por mí.
Todo, aire y agua, está dentro de mí. Veo una grieta en la negra pared. Creo que puedo pasar por ella, sí, paso. ¡Oh que veo!, una gran luz pero no hay nada, floto. Ya no, toco suelo. Hace un día precioso, el cielo está tan limpio y el sol lo acaricia todo, hasta mi piel desnuda. Los animales me saludan, los humanos me extrañan, no me ven, creo que son androides. Los árboles se alzan esbeltos, casi tocan las nubes, estas son de colores, el sol es su brocha y el cielo sus pinceles. Un humano se ha acercado y me ha dado un lengüetazo. ¡Que áspero, que sucio!, ojalá te conviertas en lo que eres, un animal presuntamente racional.
¿Por qué el cielo se ha tornado verde?, de azul cristalino a este verde, que cada vez es más oscuro. De nuevo una grieta, que sigue siendo azul celeste, creo que puedo pasar. Si que puedo pero, donde estoy, que apretado, las paredes no son planas, es como un tubo y he cabido justo. Puedo alargar las manos, no consigo llegar al final. Que angustia, anda igual que aquella monjita del colegio, Sor Angustia. ¿Ella se sentiría así, como yo ahora?, no tengo respuesta, solo sé que esto está gelatinoso, que repugnante. Ahora vibra, ¿Qué pasa?. Todo se mueve y vibra cada vez más y más y muchísimo más, se oye un estruendo como un disparo, salgo impulsado, ¡soy el hombre proyectil!, el conocido y reconocido hombre bala, del Gran Circo de los Estúpidos. ¿Dónde caeré?. Ya veo, un gran río me hará de colchón, es azulado y algo verde esmeralda.
No me mojo, formo parte de él. Es como una acaricia de mujer, cuanta sensualidad en sus manos. ¡Ven bésame, tócame, cántame!, ¡oh, cántame y bésame! Desgárrame con tus notas endiabladas. Degústame en un mar de placer. Sacia tus deseos en mí. Luego soseguemos el fuego, acaríciame de nuevo, te besaré junto al mar. Luego moriremos los dos, juntos, para que lo que ha sucedido viva por siempre. Ya, ya veo el fin del río, poco a poco entra por mi nariz. Lo respiro, lo siento, lo canto. Ya es parte de mí, sigue, sigue acariciando mi piel desnuda y yo te seguiré cantando, llorando y por fin el sol guiará nuestros llantos; y la luna nuestro sol. Saciemos nuestros deseos juntos, ya está, ya forma parte de mí. Pero yo, sigo sin estar.
Otra grieta aparece en mi camino, en mi propia búsqueda de mí. No hace falta decir si paso por ella, verdad. Estoy en un bosque de hielo. No obstante las plantas de mis pies no se hielan, al contrario, están calentitas, que gustito. Hay cientos, digo miles, que digo, millones de formas cristalinas diferentes. Está vivo, dentro de esas formas corre un líquido rojo, ¿será sangre?, debe serlo. La luz que atraviesa este bosque hace que en el aire hayan miles de colores y de figurillas luminosas, se me pegan en la piel. Es como mirar a través de un vaso. Vaya, el calorcillo gustoso de los pies se ha ido, los tengo fríos. No puedo casi andar, los gemelos están rígidos. Me estoy congelando, voy a morir. Seré un cubito de hielo en forma de hombre. Aun estando congelado, noto que sigo vivo. Primero se me han congelado las extremidades inferiores, la parte superior del cuerpo podía moverlo, pero he podido resistir muy poco, el frío ha podido conmigo. Se me han helado los…. No noto ya casi mi cuerpo. Sólo noto el bombeo de mi corazón; es curioso la poca atención que le ponemos a nuestra válvula de vida natural. Yo he puesto atención ahora que ya no puedo hacer otra cosa. Formo parte del bosque, soy hielo y por mí corre un líquido rojo, ¿debe ser sangre?, sí o quizás fuego. ¿Pero saldré de aquí?, voy a reventarme las venas, si lo que hay en ellas es fuego, podré salir. Ya está, derrite fuego mío, deshaz el hielo frío y cortante, a la vez que bello. Oigo una guitarra a lo lejos, puedo mover los brazos. Pero pierdo mucha sangre, demasiada. Noto como corre la electricidad por mi cuerpo. ¿Podré deshelar todo?, lo intentaré. ¡Sal serpiente roja! Sal de mí, ayúdame agua del río y tú, mar dorado, tu también tornado. Todos, incluso tú, hielo, ¡ayúdame!. Ya casi está, pero mi fuerza se desvanece, voy a caer, no rendido, eso jamás pero si exhausto. Quizás no vuelva pero estoy contento o quizás no, noto mi último suspiro….adiós.
“-Ya vuelve en si. ¡Ey chico, despierta!. Soy tu médico. Has tenido un accidente cuando ibas en “moto”. He tenido que coserte parte de la frente. Pero está estable, estás vivo. Bueno ahora descansa, más tarde pasaré a ver como evolucionas.”
Vaya, la moto, la autopista, la ardilla y el suelo. Estoy mareado, que oscura es esta habitación. Voy a refrescarme, necesito agua, como si fuese oro. Vuelvo al mundo de nuevo, ¡estoy vivo!. Este lavabo parece un tubo de ensayo, ¡que pequeño!. Meterla cabeza bajo el grifo, oh oh que bien me siento. He cogido frío, voy descalzo, menos mal que hay una alfombra, que gusto. Cerraré la ventana, hay corriente. ¡Uy, vaya, ¿por qué me sorprende verme en el espejo?. No sé, será que hace tiempo que no me veo. ¡Ey, hola!, ¿Cómo estás?. Mejor gracias. ¿Y tú?. Bueno, pues ya ves, después de dormir tanto, me siento pesado, eso si, contento de estar de nuevo contigo, conmigo. En fin de verme reflejado otra vez. ¿Estás seguro?. No, no lo estoy. Pero de lo que sí estoy seguro es que es normal que no esté seguro, sino sería un sapo: ¿no crees?. ¡Si este soy yo!. Suframos, ya se sabe, el que piensa, sufre. Si, ay, mañana, mañana, mañana! Espero verte pronto. Lo mismo digo. Adiós. Adiós y recuerdos.

VASO LLENO, SER VACIO

Llorando bajo la lluvia, otra vez. Soy yo mismo, sólo yo busco mi ruina. No únicamente la mía, también la de los que me quieren. Tenía diecisiete años cuando ya no tenía sangre, sino alcohol. Hoy he llegado a la degeneración total de mi ser cuando he cogido una botella de la basura, pegando a un anciano que también la necesitaba. Yo tengo dinero, no soy rico, soy un trabajador, no había necesidad de agredir para conseguir una botella diabólica, y mucho menos cogerla de la basura.
¿Por qué bebo?, cada día me hago esa pregunta hasta que hago otra: “¿Tenéis whisky?”. Entonces hecho un trago y ya está. Una gota dorada se desliza por mis labio, ¡no, no!, luego la saboreo con la lengua, se mueve por mi paladar, ¡no!; como un niño baja por el tobogán hasta caer en la colchoneta. Más tarde ya se ha apoderado de mí, de mi fuego, de mi sangre. Como hoy, de nuevo.
Voy acabar de una vez, esta vez de verdad. Que mi mujer se fuera con mi amigo no me hizo cambiar; que casi mato a un hombre por conducir ebrio, tampoco; que mi familia me haya abandonado, tampoco; pero que me haya convertido en un ser simple, despreciable, vulgar, sin libertad y sin sangre, eso, eso ya no puedo consentirlo.
Todavía llueve, me voy a desnudar, quiero estar limpio; quiero volver a ser yo. Siempre he bebido, ahora que sea el mundo el que beba de mí.
Dolor intenso en las venas, ya está, bebe tierra pura, si, mi sangre es alcohol, ya no la quiero, tómala tu y sáciate de mi. Probando el líquido rojo aun noto el veneno, parezco una botella rota. Como brilla con la luz de la luna llena. Me siento débil, me cuesta ver, me cuesta oír, no me cuesta llorar.

¡Oh, los niños se acercan!, sonríen y quieren jugar conmigo. Ya no huyen asustados por mis gritos de borracho. Sus madres se sienten seguras y tranquilas. Que vergüenza, he oído como dicen que soy atractivo, ¡ay las mujeres si supierais que era un alcohólico!.
Como brilla el sol, el cielo azul está difuminado por los rayos del astro rey. Varios pájaros cruzan el cielo celeste; me miran y cantan mi nombre. Algo se acerca por el horizonte rojizo, ¿Qué ave es?. ¡Pero si es una mujer alada!, cuanta belleza. Alrededor suyo una gran áurea blanca se dibuja. Se acerca a mí, está a mi lado, me besa y me extiende su mano. Que suave es, que sonrisa más cálida y preciosa. Vete, solo soy un borracho, no merezco tu compañía, la de nadie, nunca he respetado a nada ni a nadie, ni tan siquiera a mi mismo. ¡Vete y déjame solo!.... otra vez. “–No, dame la mano, tu cuerpo, tu alma.” Estoy como embrujado o tendría que decir enamorado. Toma mi mano. Nos alzamos, estoy volando hacia el futuro rojo, tiene una puerta negra, la vamos a atravesar, estoy volando.



SUCESOS:

Hombre no identificado es encontrado muerto en lo alto de la colina, desangrado. Sin familia, se sabe que nació en 1933, murió en el día de autos de 1966, será enterrado el próximo sábado día 6. Alguien quiso que se escribiera esto en su lápida: “Volé, morí, volví a volar, ahora estoy vivo.”

CHILD IN TIME

Una gran nube negra se posa sobre mi cerebro descubierto. No sé si esa nube soy yo o es el cielo triste. Quizás seamos los dos. Ya no hay esperanza. Desde que nací supe que no viviría lo suficiente como para morir, sabiendo que viviría para nacer.
¿Qué silueta dibuja mi sangre?, es la de una lágrima. ¡Oh viejo Pierrot que joven te veo!. Que transparente te percibo, oigo tus sollozos, tus temores, los míos. Algún día nos bañaremos juntos en sangre de cocodrilo. Que bello es aquel animal que sobrevive a si mismo, cuanto cuesta.
Ni tan si quiera el sol puede atravesar esa nube verdosa. Que horror no ver el cielo, pero hay un horror mayor, no saber si eso, es el cielo.
Una lagartija corre entre los relámpagos, es dorada, en su espalda lleva incrustada joyas, piedras preciosas. Un rayo la ha partido en trocitos. Ahora llueve oro, si me desnudo quizás muera. Que fácil. Que difícil. Que simple. La simpleza siempre encierra algo complejo. Pero sólo cuando esa simpleza es de alguien complejo, sino es una bolsa de basura barata, las tres “bes”, esta consonante me recuerda algo, su similitud me asusta, quizás a un número.
No sé si romper lo de ahí arriba. Creo que no puedo. Quizás tanta preocupación sea innecesaria. Pero, ¿qué demonios habrá detrás de tanta oscuridad?, quizás eso, solo eso, demonios. Pero si fuese así, ¿por qué no me recogen de una vez?. Quizás hay….. como se llaman, sí esos seres sin sexo, con el pelo rubio y rizado, con alas, ¡no, no me refiero a bisexuales liberales!. ¡Ah ya sé!, ¡arquetipos!, no, ¡angelitos!. No sé si detrás de eso habrá ángeles, como no sean del infierno.
Creo que he perdido algo, no sé el qué. Me parece que son las ganas de un mañana, o a lo mejor es la sangre, quizás lo he derramado sin darme cuenta. Pero hoy he bebido, no me puede faltar. Cada vez que tacho un día en el calendario un lobo me arranca un trozo de mi carne. Hoy ese lobo se ha llevado mi fuego, ¡ese maldito!. Oigo dentro de mí unas notas que quieren revivirlo. Cada vez temo más y más a esos ojos rojos que me miras, ¿es que no está saciado?. Tendría que hundir mis dedos en esos ojos, una vez en mis manos, comérmelos, ya irán creciendo poco a poco. Me veo reflejado en una gota de barro y me escupo. No puedo hacer nada, soy, me siento, estoy impotente. Venderé mi cuerpo a la ciencia y mi alma al Diablo, no sé; quizás mi alma a la ciencia y mi cuerpo al Diablo, o simplemente nadaré desnudo en un mar de zarzas.
Las células de mi cerebro deben estar jugando a rugby, que dolor. Cada vez me estoy clavando más y más plumas. Mi sangre corre por hojas y tallos de árboles blancos y azules. Pero mi sangre es limitada, moriré. ¿Por qué no llueve?, que estupidez el cielo está descubierto, ninguna nube negra lo cubre. Es el cielo el que está así, de ese color putrefacto. Me encanta tu color pero cuando hay estrella, no cuando ya están muertas. Ese color te lo he puesto yo, ¿Qué quiero esconder, que tapo, a qué renuncio? No lo sabré hasta que no rompa ese cristal azabache. ¿Cómo llegaré hasta allí?, allí donde no existe el horizonte llamado Hoy. Allí donde temo ir. Como. Ya sé, con alas, no, alguien me dijo que si algo quieres sólo con cogerlo basta. Explicaba un cuento que decía: Un hombre se enamoró de una estrella. Su amor era grande, inmenso. Se sentaba al borde de un acantilado para contemplar a su amada. Un día decidió saltar y cogerla. Así lo hizo, pero cuando estaba en el aire pensó que no llegaría, y así fue; vaya si vio estrellas. El narrador del cuento me dijo que si hubiese confiado en si mismo, si hubiese pensado en que sí podía conseguir su meta, ahora sería un amante.
Ya está, yo haré lo mismo, sé que puedo, por que es lo que quiero. Correré hacia él y saltaré con todas mis fuerzas, ya está, ¡ya llego!, ¡que grande es mi cielo!. Voy a romperlo, ¿pero como?, ¡gritando!, ¡cantando!. Me acompañan las notas de mi interior.
Se va desgarrando, ¿qué habrá detrás?. Ya puedo verlo, casi, pasan rayos por las grietas, truenos hacen eco en mi estómago, mis venas serpentean por mi cuerpo y por el cielo, mi cerebro se desparrama, ya puedo ver lo que hay detrás.
-¿Qué fue lo que vio?.
- Lo que vio, amigo, fue su muerte.
-¿Pero eso le importaba?
- No, eso no. Por eso llegó, así sin más.
-¿Sabes cuales fueron sus últimas palabras?
- Yo no, pero tu si que lo sabes, dímelo por favor.
- Creí que lo habías oído, a mi me lo ha dicho una serpiente que chupó de la sangre de aquel individuo que a su vez fue comida por un hombre pequeño que a su vez fue destrozado por un águila. Me dijo: “Lo último que cantó fue Chile in time”.(1)



(1) Canción del grupo de rock Deep Purple (Niño al día)

BALAS SIN NOMBRE

No se cuanto tiempo llevo aquí. Levanto la cabeza levemente solo para mirar si se mueve algo en mi horizonte. Estar tumbado a priori parece cómodo, pero cuando prácticamente es tu posición normal, se te duermen todos los músculos, primero es un cosquilleo, luego ese cosquilleo parecen pequeñas descargas eléctricas, más tarde se convierten en rampas para dar paso al dolor a veces inaguantable, pero para eso nos proporcionan un kid médico legal, no se si me queda algo, yo ya tiro del kid no oficial, de ese que está completamente prohibido por nuestro superiores delante de políticos o estamentos oficiales, pero que en las instrucciones incluso nos explican como debemos tomarlas y en que dosis, y sobre todo no comprarlo en la calle, sino a gente de confianza, claro está que ellos te indican quienes son los de confianza.
Creo que llevo semanas solo comiendo comida enlatada y barras energéticas, ahora hace días que no me vienen a visitar ni superiores ni los de avituallamiento, ya me dijeron en su última visita que tardarían en volver, por eso me dejaron más alimentos y líquidos de lo normal, y medicinas de las legales y de las que no existen. Las órdenes ya las tenía claras antes de tumbarme en esta colina, disparar a todo lo susceptible de ser enemigo.
Mi puesto es privilegiado, es una pequeña colina rodeada de pequeños árboles, matojos y rocas, todo ello me hacen ser invisible, podrían pasarme por encima y no se darían cuenta de que hay un ser humano bajo sus pies. Entre unas rocas he cavado una pequeña zanca en la que yo estoy tumbado, me cubro con un tronco hueco, entre el tronco y yo hay una tela color por una lado de camuflaje verde y por el otro color tierra, el tronco al ser marrón la parte de la malla que me cubre es de un tono arenoso, el resto de decoración son los matojos y hierbajos que me rodean, soy invisible, incluso mi arma es transparente a los ojos de los mortales, es de una aleación que no deja que la luz se refleje, a de mas la pinto dependiendo el paisaje, usamos unas pinturas fáciles de sacar con productos especiales que no existen en el mercado tradicional. En la base de la zanja me he colocado una manta algo acolchada para no estar del todo incómodo, yo ya ni la noto.
A veces me incorporo, pero no debo estar mucho tiempo enseñando mi cuerpo porque al estar solo soy presa fácil para el enemigo, aun poniendo trampas caería fácilmente si detectaran mi posición. La ciudad que controlo está a un kilómetro, si veo movimiento extraño me da tiempo de huir, pero a donde, por eso solo paso algún minuto fuera de mi caparazón, la verdad es que me asemejo más a un caracol que a un ser humano. Tendríais que ver cuando me levanto de mi escondrijo, me tiemblan las piernas casi no me aguanto en pie, si alguien mirara vería a un matorral dando tumbos, llevo una especie de mono de camuflaje adornado como si fuese un árbol de navidad pero en vez de bolas plateadas llevo colgado hojas, piedras y arena, y mi espíritu muy navideño, la verdad no es.
El dormir es un tema peliagudo, no puedo estar más de dos horas seguidas, pero por otro lado necesito relajar cuerpo y mente, así que me he hecho un planning de descanso, cada seis horas de tensión duermo o descanso una o dos horas máximo. Mi despertador no suena ni vibra, ni hace luces, es un reloj interno, mi cuerpo se ha adaptado tanto a este sistema que mis párpados se abren automáticamente . No sé lo que haré cuando llegue a casa y tenga una vida normal, si vivo solo, en fin no hay problema pero como mantenga una relación con alguien, lo vamos a pasar mal. Supongo que luego sabré adaptarme a la vida de un civil corriente, con familia y con las preocupaciones típicas, ir al super, pagar hipoteca, sacar al perro a pasear, dormir ocho horas seguidas, no matar a nadie, digo yo que lo sabré hacer ¿no?.

No se cuanto tiempo llevo aquí. Creo que llevo semanas o meses, para mi el tiempo no existe o al menos no debe existir, sino podría acabar loco o peor aún, dormido. Por suerte mi tiempo lo calculo a través de las víctimas de mi puntería. Procuro hacer que caiga un terrorista cada intervalo entre descanso y descanso, así se cuando he de descansar o comer o mear, les he de llamar terroristas en nuestro vocabulario queda excluido hablar de hombres, o mujeres o niños, o simplemente seres vivos, para nosotros solo son trozos de carne y a nuestros superiores se les antoja llamar terroristas, así tenemos todos las conciencias tranquilas, o al menos aparentemente. Que lejos de la realidad. Bueno haciendo este cálculo diría que llevo, a ver si cuento que cada hora cae uno, pero claro si van de dos en dos… no entonces solo cuento uno, días festivos no valen… los del camión, no me quedó claro cuantos iban… si, creo que llevo más de dos meses aquí.
Cuando la conciencia llama a tu puerta también debemos sobreponernos, para eso hay unas técnicas, les llaman Tácticas de sobreconciencia, hay varios capítulos, es lógico es un tema que preocupa a nuestros superiores, no vaya a ser que nos derrumbemos a las primera de cambio, y es que matar en nombre de la libertad no es fácil, si te preparas psicológicamente un poquito se hace mas llevadero, y si te medicas más aun. Una de las tácticas es darle sentido a tu disparo, es decir darle un motivo de que exista por ejemplo, ayer le disparé a un soldado enemigo, si te entran dudas piensas, él haría lo mismo, te mataría sin dudarlo o quizás a un compañero tuyo o violaría a tu mujer si pudiera, o invadiría un país bueno. Así pues tu bala se llama libertad o uf menos mal que te he usado.
Si por ejemplo matas a una mujer piensas que en su vestido lleva escondido alimentos o medicinas para tus enemigos, lo que quiere decir que alimenta a terroristas, esos que a su vez te podrían matar a ti o tus compañeros o violar otra vez a tu mujer, no entra en nuestras cabezas porque está prohibido pensar que esa enorme barriga alberga un bebé, no, sobre todo eso no!
Si por otro lado matas a un niño de edades entre catorce y diecisiete años, se considera adulto y por tanto un soldado, por tanto es el punto explicado antes. Si por otro lado el niño es menor de catorce años, la cosa cambia, has de pensar que en sus juguetes puede haber algún tipo de explosivo, y si no lleva ningún juguete, puede ser que lleve adosado a su cuerpo una bomba, lo cual es un claro peligro para la humanidad libre, la cual nosotros defendemos. Así pues no le quitamos la vida a él, sino salvamos la vida a muchos otros niños inocentes. Y en este caso la bala se llama esperanza.
Como veis hay muchos motivos para cerrar las puertas a la conciencia. Uy hay movimiento en la calle mayor, o en lo que queda de ella, muchos soldados, coches blindados, periodistas; ¿que está pasando?, voy a ver de cerca, solo he de destapar a mi amiga y poner el ojo cerca de la mira, es brutal como un kilómetro de distancia se reduce a nada. Pero, si son de los nuestros, porque no me han dicho nada, ¿habremos tomado el control de la ciudad?, se han olvidado de mi, yo que llevo semanas aquí defendiendo al mundo de terroristas. Quien será el del coche, a ver ya sale, ¡oh Dios, si es mi Presidente! Definitivamente hemos tomado el control no solo de esta ciudad sino de la zona, porque si viene en persona, muy seguros han de estar de que no le suceda nada.
Creo que mi conciencia se ido de vacaciones. Porque me está entrando unas ganas de matar a mi jefe. Pero para asegurarme de que no me jugará una mala pasada, voy a convencerla. A ver, en primer lugar el tiene el poder de decidir a quien matamos y a quien no, eso por otro lado se puede poner en contra de nuestro país libre, que deja de ser libre cuando solo una persona puede acabar con millones de ellas; si, voy bien, en nombre de la seguridad me hace matar a niños, mujeres y a todo lo que se mueva, pero en verdad lo que interesa es el precio del petróleo, por tanto miente, por tanto esto va en contra de la educación de esos niños a los que defendemos matando a otros; sigo bien. Creo que esta bala que ya está cargada la voy a llamar, por fin me nos libramos de él. Se que después de él vendrán otros, muchos otros, pero y lo a gusto que me voy a quedar, quizás le demuestre a todos, que no hay nadie que se libre de la muerte repentina, esa muerte a la que me han enseñado aplicar sin piedad, sin dudar he de apretar el gatillo, se cruce quien se cruce en mi punto de mira, y soy bueno, voy a realizar el último de mis disparos, luego recogeré mis cosas y desapareceré, total, no existo, ellos han querido que no existiera, a de mas tengo más de un kilómetro de ventaja. Mis músculos se recuperarán rápido, aun me queda "medicina", colombiana, muy buena. Lo que no se si reclamar un finiquito o las vacaciones que me deben, quizás no. En fin me voy que el dedo ya ha hecho su función.

jueves, 10 de diciembre de 2009

EN UN DÍA COMO HOY

Solo en casa, sí, en un día como hoy y estoy solo. Decidí pasar una semana en la casa de campo, solo. Que tranquilidad, pero tanta, espero que se rompa de una vez, pronto!. Quien lo hubiera pensado, yo no. Pero claro algún día tenía que suceder, y ha sido hoy.
Soy escritor, mi nombre da igual. No creí que llegara a serlo pero a veces la suerte ayuda. Escribo relatos cortos, cuentos fantásticos, historias de mundos irreales. Lo que ahora escribo seguro que se convertirá en un best seller o algo así, ¿por qué?, pues porque son las horas muerta de un famoso escritor, poco después de la Tercera Guerra Mundial. Se veía venir, se intuía, se palpaba en el ambiente, ¿pero tan pronto?. Además, nadie podía pensar que al final decidiesen utilizar las bombas atómicas. Como se puede llegar a ese extremo. Que valientes son los Militares y los Jefes de Estado no le temen a los efectos de la radiación y eso que también están expuestos, y no solo ellos también sus seres queridos. ¡Que coraje!. Lo que no entiendo es porque ellos y sus respectivas familias se han ido a las Casas.plataforma de la base lunar 0.07, decían que eran pruebas y prototipos, pero deben funcionar ya..., ¿lo de irse allí lo habrán hecho por estrategia?, seguro que si, por eso se han ido amigos y enemigos todos juntos, allí discutirán y arreglarán sus problemas, lo malo es que han hecho extensible al resto de la humanidad esos “problemas”.
Con lo cara que es esta casa y no le han instalado un refugio antinuclear, que fastidio, tengo piscina, pista de tenis y de squash, tres plazas de parking, tres baños, una sala de juegos con dos mesas de billar, dos cocinas, cinco habitaciones o... seis? en fin pero refugio...no, de eso no. Algo lujosa es... o era, dudo que ahora me dieran algo por ella. He tenido que refugiarme en uno de los cuartos trasteros con colchones y almohadas. Estoy viviendo en 2 m2, me sobran 468 m2 de casa, que desperdicio.
Dicen que no se puede salir del refugio en dos o tres semanas, llevo dos días y ya estoy harto. Si salgo no creo que me pase nada, estoy bastante lejos de donde cayó la bomba. No puedo vivir sin aire, sin luz, sin ver volar a las aves. ¡Saldré!. ...........
¡Como esta todo!, cuando venga la señora de la limpieza se va ha enfadar muchísimo. Bueno ya la compensaré, le daré un extra. Por suerte en el refugio guardé papel, algunos lápices y mi pluma de la suerte, sino ahora no podría escribir nada, todo está quemado. Habrá llegado hasta aquí la onda expansiva.
Este fin de semana tenían que venir mis padres, la última vez que los vi discutimos. Tenía que haberles pedido disculpas, ¿lo podré hacer el sábado?.
Cada vez estoy más cansado, que aburrimiento, que silencio. Hoy cuando he salido al jardín me he quedado petrificado. ¿Dónde está el cielo?, no sabría que responder. Las nubes grises están casi al alcance de mis manos, el rosal está negro, yo creía en las rosas negras, pero no en estas. ¿En el resto del mundo todo debe estar como aquí?, no puede ser, no creo que halla un solo hombre en el universo capaz de permitir algo así, ni los de la base Lunar...
No se si es de día o de noche. El Rolex se ha roto, cuando se calme todo iré a Suiza, le diré al viejo Rousseau que me lo reconstruya. Me gustaría poner fecha a lo que escribo a modo de diario, pero me es imposible, no tengo nada para calcular el tiempo, no recuerdo cuando fue la explosión, menos aun cuantos días han pasado, ah mierda se me olvidó recoger el Porche nuevo, con la ilusión que me hacía tener un coche amarillo. Pero que demonios estoy diciendo, en que me he convertido, ¿en un vulgar rico?. Hacía tiempo que ya no escribía nada. Los últimos dos libros han sido los más leídos, bueno los más vendidos en los últimos veinte años. Uno de ellos ha ganado tres Oscars, si, lo adaptaron al cine. Salí en la película, nada poca cosa, una escena, como hacía Hitchcock, aparición especial. Estos dos libros me han hecho rico, rico no, riquísimo, multiultraplusmente rico. Lo irónico es que no me gustan y no son parte de mi, los anteriores lo eran, pero no me dieron nada, ni fama, ni dinero, ni mujeres, solo aire para respirar, fuego en las venas y ganas de volar, entonces si que era rico, ahora no. Me siento vacío. No siento mis venas, creo que la sangre no circula por mi, ni yo por ella... ¡Oh...ella!, cuantos recuerdo me trae, estábamos enamorados. Tuve que dejarla, era ella o yo. No podía permitir que me fusilaran cada vez que le decía, te quiero. Por eso me casé con otra, ¿amor? No, nunca. Pero hay tantas persona que en vez de amar hacen el amor, y lo confunden todo, por aquel entonces pensé: -Que demonios, ahora que soy rico voy a escoger y ya está, ¿a esta o la otra, o las dos?.... Que frio, eso si, no me puedo quejar he vivido bien, que libre, que mentira ha sido mi vida. Solo mis relatos son la verdad. Cuanto la quería.
Creo que han pasado dos semanas, quizás tres, la verdad es que no lo se, cuanto tiempo sin ver a nadie. Ayer llovió, ¿o era hoy?, me he tumbado desnudo en el césped, bueno en el suelo, he dejado que la lluvia cubriese mi cuerpo. Que placer he sentido, es lo poco natural que me queda, está todo tan quemado, todo tan gris, el aire es irrespirable. No me importa que la lluvia esté “nuclearizada”, ¿existirá el verbo “nuclearizar”?, da igual, ahora si. Que espectáculo más bello, electricidad en el falso cielo, ¿un rayo de esperanza?, quizás. Como se ha roto delante mío ese cielo sucio. ¡Que gritos, que rugidos hacía la bestia dormida!. Juntos hemos despertado. Como un dúo hemos cantado, luego he caído exhausto. Sin fuerzas, me he quedado dormido, también calvo, allí mismo. No se cuanto me queda de vida, espero poder acabar de escribir, claro que cuando acabe querrá decir que mi vida también lo hará. Me duele todo el cuerpo, ya no puedo hacer ejercicio, quién me viera y quién me ve. Ojalá pudiera escribir treinta tomos de la Historia del Mundo, aunque tampoco aprenderíamos nada.
En estos días tan duros, lo que me mantiene vivo es que aun sigo vivo, el recuerdo de algunas personas, mi capacidad para poder escribir y para poder cantar aquellas canciones que me han acompañado a lo largo de mi vida. Ya lo decían todos: ¡Niño, no estás al día!, loco. –Yo les respondía, -¡Pues si!, y lo decía con orgullo mirando por encima de sus cabezas.
Ayer creí morir cuando no me acordaba de aquel cantante que me hacía estremecer, estuve apunto de dispararme, justo cuando apretaba el gatillo, lo recordé, que cosas tiene la vida, no.
Como cuesta escribir cuando estás a punto de morir, como cuesta seguir viviendo cuando lo último que le dijiste a tus padres fue: “Ojalá no os vea más.- Como odio ese día, Dios mío déjamelos ver solo unos segundos, no quiero morir sin decirles que los quiero. Te imploro a ti oh Todo Poderoso, déjame que los vea, solo una vez más. Pues si que estoy desesperado, estoy haciendo eso...como se dice, ah si! Rezar, si me viera mi madre... en mi diccionario no existía esa palabra. Ojalá me disparara en la cabeza, no una sino varias veces. No puedo parar de gritar, oigo esas palabras, oigo llantos, oigo la muerte de todo un mundo, de mi, oigo gritos en mi cabeza, estallará, eso espero, quiero irme, pero quiero verlos, perdón, perdón, te quiero, os quiero. Mátame ya, no me quemes, no me dejes moribundo, fuego, llamas, explosiones, ¡ah! Guitarras desgarradas, cuchillos afilados me rasgan la piel, no sale nada. Estoy muy mal, estoy cansado.
Creo que es hoy, no se que día es, me parece que son las seis de la mañana, del seis de junio, sí, debe ser hoy el día de mi fin, el día de mi juicio final.
Siento un calor horrible, el recorre todo mi cuerpo, arde, oh Dios como arde. Vuelve, vuelve a mí, serenidad, no me olvides sosiego. ¿Estoy llamando a la muerte?, no se. Quiero encontrarme y estoy solo para hacerlo. Me mataré. No, no quiero quitarle trabajo a mi “amiga”, Dama, negro es nuestro color, aunque vayamos de blanco. Tengo el cuerpo ensangrentado por heridas, cuando las erupciones escuecen, si te rascas es mucho peor, aunque es imposible evitarlo... te rascas y sangras.
¡Corro y corro por el verde y floreado campo!, ¿dónde está?. ¡Que han hecho esos malditos hombres!. Yo solo quería ser libre, ¿es por eso que destruyen el mundo?, ¿no quieren que nadie sea libre?, pues yo lo fui, lo soy y lo seré!. Lo juro.
Cierro los ojos y ya sólo una imagen veo, soy yo, será el fin. Que fin tan hermoso, yo desnudo recordando mi vuelo. Me he clavado la pluma varias veces en la mano izquierda para no dormirme, quizás si lo hago ya no despierto. Como me pesa la cabeza, pero si la dejo caer en el charco no podré respirar, el agua entrará por mis orificios, los pulmones se hincharán, las venas se inundarán de agua y estallaré. No puedo dejar de respirar aún, he de ver a mis padres. Hay rayos en el cielo, uno de ellos se ha escapado y ha entrado en mí. Algo de vida me queda, noto como mi sangre corre por mi ser, que alegría. Estoy rodeado de vómitos, no me refiero que esté rodeado de personas simples e inhumanas, es que la radiación me ha afectado al estómago. Todo se ha teñido de negro, siento un terror agradable. Una luz roja se abre delante de mí, ¿qué será?. Por fin has llegado, es Ella, la Gran Mujer Bella que me lleva consigo. Pero espera no he de morir todavía. Sé que tu tiempo es limitado cuando vienes a buscar a alguien, pero mi Reina, espera un poco, quiero ver a mis progenitores.
¿Que perfume llevas?. Que placer olerlo, aroma de rosas. Gracias por presentarte a mí, con ese olor tan digno de dioses. Siento mi aspecto, es que estoy enfermo, ¿sabes?.
Oigo gritos horribles dentro de mí, deben ser todos los escorpiones que he tragado todos estos años. ¿Por qué me claváis vuestro aguijones?, están bebiendo de mi sangre, ¡dejarme un poco!, sino caeré en el lago negro sin haber visto a mis creadores. Un momento más, luego os saciaré con mi muerte. Oh Santa impaciencia, cuanto te odio, oh Santa cuanto te impaciento, te amo. Estoy solo.
Se que he de coger mi barca ya, pero no puedo, mis entrañas me queman, oh mujer bella, ¿qué te pasa?, te haces vieja, tus arrugas se agrietan, no tienes pelo. Te deshaces delante de mí. Solo eres un esqueleto, ¿es qué voy a morir ya?, ¡no debo!. Que injusta eres a veces. Estoy cansado. Cada vez que suspiro me abraso con mi aliento, ya no me hacen efecto los cortes que le hago a mi pobre brazo izquierdo. Cuanta sangre corre por mi piel herida. Una gran luz no me deja casi escribir.
Oigo tambores marcando un paso, el mío, al menos son notas de un músico grande. Que gusto morir así. Pero aun no es mi hora, me pondré a correr, ¡no puedo!, es el fin de un camino, ya veo el otro.
¡Oh Dios!, son ellos, ¡padres, estoy aquí!, no me ven. No me estires todavía, un segundo, ¡Espera Muerte!, si, ya les veo, me recorre una araña por todo el cuerpo. Noto su presencia, me envuelve una brisa fría, casi helada. Los escorpiones siguen su trabajo, ¡chupar!, no me importa nada, han destruido a la Madre Tierra y no me han dejado pedir perdón.
Llévame contigo, podrías poner un cojín en este tablón, al menos para hacer más cómodo el viaje. ¡Padre! Adiós, perdón, perdón, os quiero. Se qué me veis, me oís, os presiento. Ya cierro los ojos, que bonitos parajes, cuanta belleza, ¿es que no ha muerto el mundo?, ¡mira cuantos niños corren por la orilla del río!. Sonríen alegres. ¿Es que no ha habido explosión nuclear aquí?..... gracias por llevarme contigo. ¿Hay que esperar tu llegada para empezar a vivir?, llévame contigo ya...estoy cansado de esperar. Adiós........

DE 8 A 9, ACCIDENTE

Todo empezó una noche gélida de octubre. Unas sombras no paraban de acecharme. Podría jurar que incluso me atravesaban el cuerpo, algunas me producían un dolor insoportable y otras un placer casi divino. Desde que murió mi mujer y mi hija hará ya algunos años me han sucedido cosas raras, inexplicables, tenebrosas. De esas cosas que jamás he creído que pudieran suceder y que, jaja cuantas noches de borrachera nos hemos reído de aquellos que las explicaban. Yo no me río ahora. He dejado de vivir de día, he dejado todo contacto racional, ya no trabajo, mi familia se desespera cuando puede oírme por teléfono muy de vez en cuando. La noche es mi refugio y el día mi lamento. De noche me arde el cuerpo y de día….. de día es como si miles de trocitos de cristales afilados me perforaran todo mi cuerpo, mi alma.
Solo algunos minutos nocturnos, de ocho a nueve, tengo una sensación placentera, una sensación de alegría, como cuando mi hija me sonreía por las mañanas y me decía: Papi vamos a jugar…., que confuso es todo, esos minutos de placer me producen luego tantas horas de dolor. La noche negra me envuelve en un manto de horror. Esa hora, esos minutos, esos segundos en que me parece ser acariciado por mi familia muerta, mi cuerpo y alma se debaten en cual de los dos ha de vivir.
Aquel día mi mujer me llamó: “Cariño llegaremos más tarde, quiero hablar con la profesora de música, ciao, te quiero”. Fueron las últimas palabras que oí de la mujer más bella del mundo, de fondo la peque me decía te quiero, te hecho de menos…Vivíamos los tres en una casa preciosa que nos costó muchísimo trabajo conseguirla, a las afueras de la urbe odiosa, decidimos salir de la ciudad porque queríamos tranquilidad y un buen ambiente para nuestra hija. Como odio aquella decisión. No nos importaba tener que coger el coche cada día, cada noche para ir a nuestros trabajos, al colegio, ver a los amigos, familia, etc. Nos adaptamos a la perfección, incluso nos unió más a los tres. Aquella casa era como nuestro fortín, nos sentíamos seguros, felices, en paz con todo. Pero no podemos evitar los daños externos, y cuando tomas la carretera te puedes encontrar con situaciones ajenas a ti y que por desgracia rompen la harmonía que has conseguido. Aquella noche alrededor de las ocho mí mujer estaba de vuelta, algo de lío al salir de la ciudad, algo de tráfico denso en la autopista y tranquilidad en la carretera. Yo estaba preparando la cena, poniendo la mesa, canturreando lo que sonaba en el cd, pero de repente me quedé petrificado, un fogonazo me cegó y como si una espada me atravesara el pecho caí al suelo de dolor. Me incorporé al cabo de unos minutos, los teléfonos no paraban de sonar, el de casa, el móvil personal e incluso el del trabajo, a eso de las nueve una voz me dijo que se había producido un accidente, que un conductor borracho chocó con el coche de mi mujer, lo sentía mucho pero las dos murieron en el acto.
No sé cuanto tiempo duró el juicio, pero la sentencia era una pantomima, que buen abogado tenía aquel hombre, le retiraron la licencia para conducir y creo que de los dos años de cárcel solo cumplió semanas, según “ellos” no era un asesinato, sino un accidente. Su borrachera inducida por problemas personales. La indemnización fue millonaria pero ni siquiera salió de su bolsillo, porqué no tenía esa cantidad de dinero, creo que lo compensaba con tareas sociales.
Los reflejos en los espejos de mi casa, están ensangrentados, un teatro viejo y derruido es mi casa ahora, la música suena en un viejo tocadiscos. Unos violines estridentes me perforan los tímpanos. Cual es el fin de todo esto?.
Hoy creo que es el aniversario de aquel terrible suceso, hoy lo celebraré con un accidente, creo que estoy borracho inducido por mis problemas, obvios no?, no tengo dinero ni abogado, ¡que más da!, ahí están, los tres, que bonita estampa, que familiar es todo, mi coche no deja de rugir y mis gritos interiores me lo hacen hacer, acelero, golpeo y huyo… espero que él no muera.
Ya se acerca la noche, el dolor es tan insoportable que prefiero dejarme caer por las escaleras y si me rompo algún hueso….eso me relajará…tumbado al final de la escalera el dolor se apacigua…ya las veo….el resplandor de las habitaciones del piso superior me dice que ya vienen…son las ocho, por fin mis segundos de vida…por fin un suspiro cálido y acogedor…. “mirarlas!” ya bajan por las escaleras!!!! Mis dos amores que un borracho conductor me las arrebató!!! La justicia es ciega! Yo no! Que me juzguen ahora ellos a mí. “Hola cielos, he decidido dejar el cuerpo aquí, tomar mis manos….y vayamos a descansar de una vez los tres…… las sirenas suenan cerca de casa, van a dar las nueve.

EL GALLO

Estaba semi tumbado en la terraza de mi casa, a las afueras de mi gran ciudad. Casa prestada por mi amigo y su familia, creo que podría llamarla también, familia. Aquel día corría una brisa fresca que no molestaba ya que el sol me brindaba su calor no asfixiante. La brisa movía levemente los pinos que parecían danzar al ritmo de una balada triste. No había una sola nube aposentada en el cielo azul brillante. El sol con su luz hacía que los colores se multiplicaran y que todas las formas proyectaran sombras inimaginables. Si no fuera por el vaivén de las ramas y hojas de los árboles podríamos pensar que se trataba de un paisaje pintado por algún artista en paz consigo mismo. De vez en cuando algún insecto revoloteaba perdido en busca de alguna flor o de algún alimento. Los pájaros daban caza a esos insectos de una manera casi amorosa, con un vuelo angelical. Cuanta vida hay en tanta quietud o quizás sea una quietud a los sentidos humanos.
Me estaba fumando un cigarro y tomando un café cuando de repente oí, al gallo de mi vecino, cacarear de una forma extraña. Siempre he creído que los gallos hacen un “kikirikí” majestuoso, pero aquel sonido que salía de la segunda casa contigua a la mía, no tenía nada de solemne. Me quedé sorprendido y estupefacto cuando de repente aquellos sonidos tan extraños para mí, empezaron a ser comprensibles. Aquellos gritos del gallo tenían sentido. No sé el por qué, pero mi mente era capaz de entender lo que aquel animal decía.
Me pareció entender “hermano” y entonces el silencio se apoderó de nuevo de aquel paisaje. Durante unos minutos nada, cuando ya creía que había tenido un sueño, volví a oír a la perfección lo que aquel gallo gritaba.
-Hermano! Hermano!, ¿me oyes?- Mi asombro me desbordó cuando de repente al otro lado del río, junto a la otra ladera de la montaña, desde un caserón de piedra, de esos que cuentan con más de doscientos años de longevidad, oí a otro gallo contestar.

-Si, hermano, te oigo.
-¿Cómo estás?- Dijo el primer gallo.
-Parece que vivo, pero atado a un palo y casi no tengo espacio para moverme- contestó el segundo gallo, a lo que continuó el siguiente diálogo:
Primer Gallo: -Igual que yo, ¿madre está contigo?.
Segundo Gallo: Lo estuvo, pero últimamente ya no estaba con nosotros, la tenían en una jaula en donde solo podía sacar la cabeza para alimentarse de algo parecido a comida. Cada día engendraba hermanos y más hermanos, que jamás he visto.
Primer Gallo: -¿Y que pasó?, ¿dónde está ahora?.
Segundo Gallo: -No lo sé, un día dejó de tener descendencia y vino la que se hace llamar “nuestra ama” y se la llevó dentro de esa prisión. Ya no la he vuelto a ver ni oír, encuentro a faltar sus canciones y sus historias.
Primer Gallo: -Entonces, no sabes nada más….
Segundo Gallo: -Solo sé que poco después, muchos humanos celebraron algo y comentaban que nada tiene que ver los alimentos de la ciudad con lo que se cría aquí en el campo. Y padre, ¿tu sabes algo?.
Primer Gallo: -Padre quiso irse en busca de madre, quería ir ahí donde estás tu, y para liberarse se defendió de las garras de aquel que se hace llamar “nuestro aamo” y este como castigo lo dejó atado y sin alimento, murió hermano, hace ya unas cuantas madrugadas.-Entonces volvió el silencio y una brisa más fría, casi gélida recorrió mi cuerpo, aquel diálogo convirtió el paisaje bucólico en trágico. El primer gallo prosiguió:
Primer Gallo: -¿Y tu como estás?, tienes descendencia, un amor, dime, cuéntame. Quiero saber de ti, hace tanto tiempo que nos separaron.
Segundo Gallo: -Tuve un gran amor, ya no existe, desapareció un día de mercado junto a todos nuestros hijos. Ahora me hacen amar a la fuerza, acabo exhausto. Del palo a la jaula y cuando parece mi último aliento va a salir de mi, me vuelven atar al palo y me dejan tranquilo. Todo el fruto de mi vida desaparece siempre, jamás los he visto.
Primer Gallo: -No entiendo nada hermano, se que eres mayor que yo, supongo que algún día lo entenderé.
Segundo Gallo: -Lo llaman “ley de vida”, en donde nosotros ponemos la vida y ellos la ley- la brisa por momentos se convirtió en viento. Los árboles se estremecían y las hojas más débiles se separaban de sus ramas, por muy fuertes y seguras que éstas fueran, al final volaban esperando su caída inminente y por tanto, su fin. Continuó diciendo: -Hermanito no busques explicación y descansa. Creo que mi fin está próximo, últimamente ya no tengo fuerzas para nada. Mi supuesto amo se está acercando, trae su horrible prisión, esa en donde mamá vivó sus últimos días. Adiós hermano, acuérdate de gritar cada mañana.
Primer Gallo: -¡Hermano! – no paraba de gritar, unos segundos esperando respuesta, pero nada. Entonces dejé de entender que no de comprender, lo que aquel gallo balbuceaba. Creerme si os digo que parecían lamentos de un hombre, parecían llantos de alguien desesperado e impotente, parecía yo. Tenemos un dominio aterrador sobre la vida y la muerte, pero jamás dominaremos a nosotros mismos, andamos perdidos y sin rumbo. El tiempo se nos escapa y no sabemos que hacer para retenerlo. Sigo oyendo como se lamenta el gallo dem i vecino. Me parece oír a otro gallo gritar: -¡Aguanta, aguanta!. –Incluso oigo ladridos, maullidos, graznidos y hasta croar, no entiendo lo que dicen, pero sus alientos cálidos de ánimo parecen no hacer efecto sobre aquel abatido gallo, que lo acaba de perder todo.
Mientras el paisaje sigue ahí, el viento ha desaparecido y la brisa domina todo, el sol vuelve a acariciar al mundo y el cielo es aún más brillante. Ahora si parece un cuadro, no oigo nada, solo mi respiración agitada. Mis latidos se aceleran, veo a lo lejos como aquel gallo que un día se alzaba soberbio, agacha su cabeza, mueve el pico y algo susurra mientras algo parecido a lágrimas caen de sus ojos entristecidos. Es un susurro inapreciable a mis oídos. El Gallo alza su pico al cielo como buscando un soplo de aire, veo como va inflando su pecho y un grito desgarrador me ensordece y estremece a la vez:
-¡Siempre libre!. –Cada madrugada me despierta ese gallo con el mismo grito. Lo que para nosotros es algo rutinario y natural, el despertar de un gallo, para él es un día más de agonía.

DE 8 A 9, PADRE

De ocho a nueve, esa hora de mi vida es la que más odio, por mucho que pase el tiempo jamás olvidaré todo lo que nos sucedía a mi hermana y a mi de ocho a nueve, cada día de nuestras vidas, exceptuando cuando había partido.
Ahora, después de tantos años, se supone que ya he rehecho mi vida, según los expertos, sé que intentan ayudar pero que sabrán ellos. Cuando se acerca la hora maldita intento leer cómics, libros, o escucho música o escribo alguna canción, o dibujo en una pared blanca mis pensamientos, pero a las nueve y cinco vuelvo a pintar de blanco esa pared, quemo lo que escribo y quedo inmerso en esa nube de humo psicotrópico que flota en mi habitación, eso cada día de mi vida. Me gustaría decir que soy una persona normal, ¿pero que es la normalidad?, creo que dentro de lo que cabe si que puedo ser considerado por la sociedad una persona equilibrada y normal. Es la diferencia de mi pobre hermana que no sabe porque vive en una habitación acolchada, que no entiende porque cada día ha de tomar catorce o quince pastillas de muchos colores y formas distintas, no comprende porque cuando se acercan las ocho una persona con bata blanca le inyecta una sustancia que la calma; solo reacciona a mi presencia con un gracias y un te quiero, no articula una sola palabra más, yo le leo cuentos y le canto canciones alegres igual que cuando éramos niños. Que bonita palabra: niños, deberían estar protegidos por una divinidad, o simplemente por sus padres.
Quizás lo más duro no fuesen los golpes, las quemaduras o las vejaciones, quizás lo peor era oír de tu padre que no vales nada, que debías se un aborto y no un niño, que eras escoria. A mi hermana no sabremos nunca lo que en realidad le hacía. Y mi madre, por llamarla de alguna manera, ¿que hacía en aquella hora?, a si, cocinaba para él. Supongo que el miedo le congelaba los músculos para reaccionar, lo que no entenderé jamás es porque no usaba el teléfono, solo una vez hubiera bastado para que a mi hermana y a mi el sol hubiera brillado de verdad en nuestras vidas, o para que las noches no fuesen cada día una película de terror sino un viaje fantástico al mundo de los sueños. ¿Por qué nadie se da cuenta de los horrores que pueden sufrir los niños? ¿O es que es mejor no verlos?, quizás el silencio es el culpable de todo, el silencio, lo que hubiera dado yo por una noche de silencio, sin oír gritos o lloros, lo que hubiera dado yo por estar junto a mi hermana en silencio a la luz de la luna, que la brisa nos acariciara y no nos hicieran daño las heridas, pero no podía callar y cuando estaba con ella tenía que inventar mil y una historias bellas y con finales felices, si podía arrancarle una breve sonrisa o se dormía en mis brazos, yo por unos segundos era feliz.
Pero un día acabó, cuando mi hermana no aguantó más y su cerebro se bloqueó para que así su cuerpo pudiera sobrevivir, decidí no callar más, me pude escapar de mi habitación me abalancé a un policía y no me solté de él hasta que perdí de vista al que decía llamarse papá. Las administraciones se echaban las culpas, que los médicos se tenían que dar cuenta, que la policía no hizo su trabajo bien, que un juez no dijo no sé que en su momento, que mas da todo cuando dos vidas se marchitan lentamente, que mas da cuando dos niños mueren en vida, que mas da.
Esa señora llamada mamá, creo que rozó la prisión y se suicidó en uno de los psiquiátricos que estuvo alojada; el otro trozo de carne sin sentimientos recayó en una prisión, no se cuantos años le caerían pero está a punto de salir, dicen que se puede reinsertar en la sociedad, lástima que no se lo hayan preguntado a mi hermana. Creo que en la cárcel sufrió algún que otro percance, por suerte dentro de estos centros penitenciarios hay patios y comedores en donde todos se ven las caras, creo que estuvo aislado por su seguridad, ojalá nosotros hubiéramos estado aislados por nuestra seguridad. También decían que debía estar aislado o bajo mucha vigilancia por si intentaba suicidarse, que poco lo conocen a ese deshecho humano, capaz de lo peor con sus hijos, ¿pero quitarse la vida? dudo mucho que tuviera el valor necesario.
Sinceramente no se cuanto tiempo ha pasado, no recuerdo desde cuando mi hermana está encerrada, no se desde cuando me abracé a aquel policía, el tiempo para mi ha dejado de existir. Hay un vacío entre la realidad, el espacio y el tiempo que ni mi cuerpo ni mi mente han superado.
Hace un par de días salió de la cárcel mi papaíto, lo fui a buscar, ya que los dos estamos capacitados para la reinserción social, que menos que empezar de cero, ¿estoy loco?, dicen que no. Antes de recogerlo pasé a ver a mi princesita, tocó el cuento de Hansel y Gretel, y le canté feliz cumpleaños, fue su aniversario, pero no sé que edad tiene, le he comprado una muñeca y un osito para que se abrace por las noches, primero pasaron por la inspección de los médicos. No sean juguetes con los que se pudiera autolesionar, que curioso nadie se fijo en las lesiones que le causó mi papaíto.
En fin, la situación fue extraña, nos miramos, no dijimos nada, se subió a mi coche y le llevé a mi piso, bueno no es un piso, es una especie de nave abandonada, pequeña, son dos plantas la primera la hice habitable y la segunda planta es ese rincón en donde yo me encierro de ocho a nueve, esta totalmente insonorizado para que mis posibles vecinos, que no se si tengo, no me oigan cuando escucho música o simplemente cuando grito de horror de ocho a nueve.
Os acordáis cuando antes he dicho que soy una persona normal, pues la respuesta es no, no puedo ser normal después de sufrir en mis carnes tanto odio por supuestamente la persona que me ha de proteger, la persona en la que he confiar ciegamente, en la persona que ha de cuidarme, no puedo ser normal de ver como una niña preciosa se marchita en una habitación blanca, no puedo ser normal después de ver como la mujer que me dio la vida no supo mantenerla, y dejó que se perdiera golpe a golpe, no puedo ser normal cuando ves tanta pasividad por parte de las administraciones, cuando ves que su problema es pasarse las culpas de unos a otros, cuando ves que en pocos años un ser despreciable va a disfrutar de la luz del sol, cuando dos inocentes niños el sol les abrasa y la luna les aterroriza. Por todo ello como no soy normal, tengo a mi papaíto todo el día colgado por piernas y brazos, como si fuese un cerdo en el matadero, la única diferencia es que los cerdos tienen mi admiración por darnos tantos alimentos. Y como seguramente me amparará la ley si algún día me pillan he decidido torturarlo cada día 23 horas al día, siete días a la semana, trescientos sesenta y cinco días al año, le daré alimentos, le suministraré calmantes, le daré agua y refrescos, alguna vitamina, no quiero que muera, le taparé cuando haga frío y le pondré el ventilador cuando haga calor. Así le podré explicar a mi hermana otros cuentos, porque sinceramente estoy arto de las princesitas, de los ositos buenos y de los finales felices, ayer le expliqué el primer cuento protagonizado por nuestro padre y creo que su sonrisa esta vez ha sido más larga de lo habitual. Por eso necesito que sobreviva o que subsista o que resista a mis más crueles torturas. Total si alguna vez me descubren, ¿Qué me van ha hacer?, con suerte me encerraran junto a mi hermana, y el cerdo morirá.
En fin voy a seguir creando cuentos, solo descanso un ratito al día, solo paro de ocho a nueve.