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jueves, 2 de diciembre de 2010

Asfalto en mi piel

Andaba yo un día por el camino que me encontré, mi asombro era que aún ya habiéndolo recorrido era del todo desconocido por mi. A cada paso tropezaba con mi sombra y eso me desestabilizaba moralmente. Dicen que de los tropiezos aprendes, para mi eso no valía, cada vez me encontraba más en el suelo que erguido. Daba la sensación que la gravedad me jugaba una mala pasada. Los minutos eran horas interminables, todo a mi alrededor iba como a cámara lenta. La gente que me rodeaba me señalaba y se reía, no sabía el porqué y mi estado de ánimo se iba oscureciendo. Ese dichoso camino negro era un asfalto caliente y humeante, mis botas camperas se iban enganchando cada vez más en él, eso quería decir que mis andares cada vez eran más costosos, mis pasos se eternizaban aún más y los segundos eran ya días. Todo lo que acontecía a mí alrededor pasaba por mi mente como una película muda, ya no oía las carcajadas de los viandantes, ni el ruido de los coches, ni las sirenas de las ambulancias. Como si del espacio se tratara no habían sonidos para mi. Es muy extraño ver lo que sucede a tu alrededor y no poder oír nada, lo que un día era una sonrisa ahora es una mueca descarada y terrorífica.
Ya no camino como un bípedo, voy a gatas, arrastrándome como un borracho, o si preferis la versión romántica, parezco un bebé intentando seguir adelante. ¿Nunca os habeis imagnado lo que debe sentir una criatura tan pequeña a gatas en un mundo de gigantes?, yo creo que aprendemos a caminar pronto porque nos aterroriza estar tan cerca del suelo. Ahora me siento así, aterrorizado, mis extremidades inferiores no me aguantan y he de usar las superiores para poder avanzar por el camino.
Siento un calor bochornoso, el sudor se desliza por mi cuerpo como cera ardiendo, baja lentamente, muy lentamente quemando cada centímetro de mi cuerpo. No se si es sudor o mi alma ensangrentada saliendo por los poros de mi piel. No es líquido, es más espeso de lo normal y tiene un color oscuro, muy oscuro.
Sigo reptando por el camino ya no puedo gatear, mi sudor denso me ha cubierto todo el cuerpo como si de una nueva piel se tratara. No puedo identificar mi cuerpo como el de un ser humano, no estoy seguro de lo que soy, creo que aquello que yo creía que era sudor era el mismo asfalto que se iba integrando en mí. Estoy casi completamente seguro de que formo parte de esa carretera. Me da la sensación que noto la respiración de otros seres por mi alrededor. Siento, pienso, casi respiro, pero no me puedo levantar, ni mover, noto las ruedas de los vehículos por mi espalda. Como ser vivo temía por mi libertad, temía por mi muerte, temía por mis sentimientos, por mi alma, ahora que soy asfalto carezco de libertad, de alma, de sentimientos, carezco hasta de la posibilidad de desaparecer. Cuando vayais por las carreteras recordar que hay infinidad de cuerpos pegadas en ella, un sinfin de historias inacabadas, un infinito de sentimientos desperdiciados, libertades truncadas por nosotros mismos.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

En casa...

Ya estamos de vuelta y hemos dejado atrás el lugar donde te vuelves niño por unos instantes. En donde la mágia aparece de nuevo en nuestras vidas adultas, en donde te crees capaz de volar con la imaginación, en donde tu hija de siete años le brillan los ojos y eso a uno le hace llorar... en donde se mezcla la realidad con la ficción pero no sabes que es cada cosa, te abrazas con personajes de ficción representados por grandes peluches y por unos momentos te crees dentro de una película. En fin que vuelvo de EuroDisney....

lunes, 22 de noviembre de 2010

Cerrado por vacaciones...

....si! una semanita de vacaciones. Espero ver comentarios y nuevos/as amigos/as en el blog... y más descargas del libro!!! nos "vemos" en unos días!!!!!!!!

Besotes

JJ

viernes, 19 de noviembre de 2010

Nuevo proyecto...

Hola amigas/os, como anuncié hace meses tenía en mente reescribir y continuar una cosilla que tenía por ahí guardada, ahora estoy en plena actividad con esa historia, no sé si me dejará tiempo creativo para poner cosas nuevas en el blog, tengo un par de relatos en mente, pero la verdad es que estoy poniendome en serio con lo que espero que sea mi primera novelilla, no serán relatos, ni poemas, os dejo un fragmento... no lo colgaré aquí todo.

Un abrazo y/o besos

Juanjo

Por cierto llevo 43 descargas de mi libro, me hace mucha ilusión....


¿Qué es la personalidad?, definirla sería fácil, sólo tengo que buscar en una enciclopedia y extraer su definición exacta. Pero mis dudas, mis reflexiones sobre este tema no son producto de mí ignorancia. Se debe a la narración de una historia relacionada con la personalidad. Me la contó un hombre que aún no tengo claro quién era, no puedo decir cual de los personajes del hecho narrado era o si sólo era narrador sin mera participación. Tampoco si es cierta o es un cuento inspirado en el gran Poe. Yo sólo puedo repetir las palabras que oí, puedo explicar esa increíble historia que no me deja dormir y que si no la escribo en estas hojas puedo explotar o volverme loco. No se porqué me ha afectado tanto ese relato, quizás por lo irreal que todo parece o quizás porque me de miedo que sea real. Influir en una persona es algo aparentemente normal, nosotros vamos creando nuestra personalidad a lo largo de los años y en ese periodo nos influyen amigos, familiares o incluso extraños que aparecen y desaparecen tan rápido como un abrir y cerrar de ojos. Pero influir hasta en la decisión de morir, me parece algo siniestro y fantástico a la vez, normalmente la fantasía nos miente, nos evade de la cruda realidad pero, y si en este caso fuera posible que nos explicase una verdad palpable, ese debe ser mi temor. No quiero entrar en un tema que me va demasiado grande, como es el de la psicología. ¿O no es este el campo al que debo referirme?, no lo sé, relataré lo que a mí un día me contaron, sin opinar, sin introducir ningún tipo de influencia externa, o al menos lo intentaré. Quizás al final del relato si aún sigo cuerdo intentaré analizar lo narrado.
Una tarde veraniega del año noventa y seis, en la ciudad de B., estaba yo sentado en un bar, si no ibas acompañado, era un buen lugar para la lectura, y ese era mi caso. La lectura era amena, unos relatos de algún romántico alemán, seguramente, pero estaba cansado de leer, llevaba un buen rato y mis pupilas estaban ya cansadas de fijarse en algo tan pequeño y grande al vez como son las letras que forman un libro. Decidí observar todo lo que me rodeaba y aproveché para pedirme el segundo vaso de vino tinto y algo para comer. Aquel lugar era y es muy curioso, era (permitirme que me exprese en pasado, aunque todo exista en el presente) una mezcla entre una tasca irlandesa y una cafetería italiana. Había una zona de lectura, de reflexión, con música ambiente suave, allí no eran bienvenidos grupos que quisieran pasar un buen rato con risas y gritos. A mi me gustaba aquella zona solo cuando necesitaba silencio absoluto, pero la verdad es que para disfrutar realmente de la gente la zona, digamos común era mucho más interesante. La gente que frecuentaba ese local era muy variada, desde la parejita feliz hasta el artista desesperado que no logra que le publiquen su obra, pasando por un sin fin de variedades. Una de las cosas que me gustaba hacer es observar la fauna que allí se reúne, estuve largo y tendido en mi tarea y hasta al cabo de un buen rato no aprecié la compañía de un hombre de mediana edad, tendría entre cincuenta y sesenta años. ¿De dónde había salido?, no tenía ni la menor idea, y el tiempo de su presencia era aún mayor incógnita. No sabría decir el porqué, pero todo él me impresionó. Su estilo al beber, su forma de vestir, su perilla blanca, su rostro enigmático, todo. Su cabello era blanco con algún reflejo negro del pasado. Sus ojos azules hacían de su mirada algo especial, no expresaban felicidad era como si se compadeciera del mundo y de sus habitantes, y porque no, de él mismo. No eran los típicos ojos azules amables y cariñosos, podían serlo seguro pero no se reflejaban con asiduidad, estoy convencido de ello, parecía mas bien verse en ellos dureza, severidad y frialdad, como el hielo. Era algo ojeroso, estaría cansado de la vida.
Hacía calor, normal por la época del año, vestía un pantalón blanco a juego con sus zapatos finísimos, casi parecían de bailarín. Llevaba una camisa también blanca pero a rayas azules, era un azul verdoso, era de manga corta y eso hacía que se viera una cicatriz en el brazo derecho, sus antebrazos eran musculosos y en general su figura era estilizada, con musculatura fibrada no voluminosa. Es su mano izquierda llevaba un aro de oro y en la otra un sello que sólo más tarde ví que era un águila grabada en un hexágono. Muy regularmente, casi a una perfección en el tiempo, se mesaba la perilla durante unos segundos. Fumaba pitillos rubios, no recuerdo la marca, creo que eran europeos, y sus caladas eran largas y profundas, nunca había visto saborear un pitillo de esa manera, realmente disfrutaba con ello.
Yo estaba sentado en los sofás que estaban pegados a la pared, sobre la mesa había mi lectura, el vaso de vino medio vacío y una cajetilla de cigarrillos, unos “minipuritos” holandeses. En mi mano derecha se movía mi pluma estilográfica, a veces anoto ideas fugaces o frases que oigo, que luego se convierten en parte de algún relato o intento de poema. Ese día escogí para sentarme la parte tranquila, como he dicho antes se puede fumar, beber, leer o escribir y todo ello con buena música, que primordial es la música en mi vida. Esa misma sala podías encontrar rincones o zonas separadas por biombos, que hacían más intimo el lugar, mi asiento acababa en uno de ellos y mi inesperado vecino se sentó justo enfrente. Bebía una copa de brandy y parecía absorto en la lectura de un libro que no logré ver su título y cuando pude más tarde ya no presté atención a ese detalle. Aun viéndolo tan metido en su lectura parecía saber que lo observaba y eso hacía que yo dejara, por unos instantes de mirarlo. Muchas veces cuando observas a las personas insistentemente parece que seas algo descortés y mal educado, y yo procuro no ser ni una cosa ni otra. No podía estar mucho rato sin observar que hacía, quizás algún día ese hombre fuese un protagonista de una de mis novelas o relatos. Lo que no podía imaginar es que incluso la historia me la proporcionara él mismo.
Durante unos instantes tuve que abandonar mi asiento, una necesidad fisiológica me obligó a ello. Al regresar, aquel hombre estaba sentado en mi mesa y la copa de vino estaba llena. No me sorprendí y eso me sorprendió. Le agradecí la copa y charlamos, sin necesidad de presentarnos. Después de hablar durante un buen rato sobe temas un poco banales y de vaciar alguna botella de vino y de brandy, me dijo una cosa que fue el prólogo a su historia. –Me he fijado que te gusta observar a las personas, -y continuo diciendo- en tu mente analizas como son a través de sus gestos, formas de hablar y reír. Cada una de ellas tiene una personalidad que intentas descubrir y te ayudas de todos sus rasgos. Ten cuidado y no adoptes esos rasgos en tú propia persona, puede que tú personalidad se vea afectada por ellos y cambie la tuya hasta tal punto que te conviertas en otro, incluso en aquel que otra persona quiera.
– No puede ser,- repliqué - ¿me está diciendo que una persona puede influir en otra hasta tal punto en que esta última se transforme en una tercera?.
– Sí, y no sólo eso, sino que además esta tercera persona creada por la primera, tenga sus mismos miedos, los mismos temores, las mismas ilusiones, sus deseos, incluso las mismas ganas de vivir o morir. Y si me dejas y quieres, te lo puedo demostrar.
– ¿Cómo me lo demostrará, dominando mi personalidad, mi ser? – le pregunté con cierta ironía y con temor a su reacción. ¿Sería ya su influencia?. Me contestó con una sonrisa algo sarcástica.
– No, aunque podría hacerlo, te narraré una historia que conozco por ser partícipe de ella. No te diré quién soy dentro de esa historia, es mejor que te rompas los sesos pensando, sé que te gusta hacerlo y por eso sé que te gustará mi relato, no me importa si te la crees o no, sólo quiero ver tu reacción y como cambia tu expresión de la cara conforme vayas escuchando mi relato.


Estaba temblando, no sé si por los nervios o por el terror de oír sus palabras con tanta sequedad y frialdad. Ahora que sé su historia el decir si es cierta o falsa me resulta difícil de responder, pero mi prioridad mi curiosidad es saber quién es ese hombre y ubicarlo en la trama. Pero primero la devolveré a mi memoria y la anotaré en estas hojas para dejar constancia del hecho y para ayudarme a descubrir que demonios pasó realmente. Hace años de este hecho, no sé porqué ahora tengo la necesidad de escribir la historia. Quizás debería haberlo hecho en aquel instante, pero no fui capaz. Es como si después de escuchar la historia, yo mismo ya no fuera el de siempre. Ha tenido que pasar mucho tiempo para que me enfrente al relato que un día me explicaron. Mi incredulidad inicial pasó a ser una navaja helada por mi espalda.

lunes, 18 de octubre de 2010

DESCÁRGATE MI LIBRO

Hola amigas y amigos, os dejo el enlace de mi libro, ahora y por un tiempo, he bajado el precio del libro y además hay la opción de descargarlo gratuitamente. No es lo mismo, peeeeero me gustaría que lo leyera mucha gente y si así es una manera de que os llegue, me sentiré satisfecho también. Es una especie de: Leelo antes de comprarlo...jejeje

Besotes

http://www.bubok.es/libro/detalles/173642/El-Trovador-decapitado-Relatos

jueves, 2 de septiembre de 2010

Amor mortal

Se acerca, que bella es, por su brillo diría que está moldeada con la mejor plata extraída de las mejores zonas peruanas. Su línea es casi perfecta, que tonto soy, es perfecta. Hace tiempo que la esperaba, pero no me atrevía a dar el paso, cuanto tiempo derrochado, si me hubiese decidido antes, hubiese ganado un tiempo maravilloso. Pero nunca es tarde si la dicha es buena...¿es así?, no estoy muy familiarizado con los refranes. Viene de un lugar frío pero con su contacto con su explosividad luego ese lugar frío se convierte en algo cálido, a veces puede llegar a quemar. No importa una vez dentro de mi, una vez junto a ella, ya nada importará. ¿Y después? que mas da, el mañana dejará de existir cuando al fin ella y yo seamos uno. Que bonitos pensamientos, que romántico es todo cuando se habla desde lo más profundo del corazón. Si hablara mi cabeza... ella y yo no estaríamos juntos jamás, imaginaros a Romeo y Julieta si hubiesen actuado con la razón, con el sentido común. Que hubiera sido de su creador.
Siempre crear, algo, una relación, un poema, una lágrima, una muerte, da igual lo que creemos, siempre libres para hacerlo. Como yo, hoy voy a crear algo, por fin me he dado cuenta que necesitaba un valor extremo para crear algo especial entre ella y yo. Por fin la tendré en mi, por fin ella notará lo cálido que es mi cuerpo.
Ya es la hora sostengo en mis manos una magnum 357, está fría, da igual cuando aprete el gatillo arderá en segundos, ella vendrá a 400 metros por segundo, aunque la distancia del cañón a mi boca es tan solo de menos 5 centímetros. Que frío tubo toca mis labios, el sabor a metal me encanta parece como si estuviese sangrando ya, ¿no habéis probado nunca una gotita de vuestra sangre? sabe a metal a óxido, igual que el cañón. Procuro no morderlo me da repelús, buf morder algo metálico es horrible, los dientes parecen que chirríen como una puerta de cementerio oxidada. No haré cuenta atrás, simplemente apretaré el gatillo para que esa dama plateada llamada Bala penetre por mi boca y salga por la parte occipital de mi cabeza, y así el humo que sale debido a la explosión recorra ese camino que para mi significará la muerte, o la vida según se mire, según la vida que se lleve es mejor una muerte súbita. No entraré en detalles del porque, quizás luego, no puedo evitarlo soy muy irónico. Así pues, cinco...cuatro...a no. que he dicho que no haría cuent...............

jueves, 26 de agosto de 2010

Pasos

Hoy me he decidido a bajar a la calle. Me he encendido un pitillo y he empezado a andar, que raro es todo, yo no fumo. Pero hoy todo me da igual. Me cruzo con personas, todos tienen su cabeza pegada al cuerpo, un par de brazos y algunos y algunas unas piernas horrorosas, no digamos del tronco, parecen masas mal formadas. Menos mal que las veo distorsionadas sino empezaría a vomitar y no podría parar. Algún perro me mira con cara de incomprensión, porque me atan a una cuerda, porque me pegan cuando saco de mi los flujos naturales, porque una persona pequeña me estira el pelo y yo no puedo defenderme, porque soy tan malo si solo quiero cariño... parece que es lo único coherente que oiré hoy. Quizás por mis palabras parecería que estuviera deprimido o algo desquiciado, ¡que va! hoy me siento bien.
Las calles son empinadas, mis piernas se van endureciendo cada vez más, ¿llegaré a ese punto en dónde las calles bajan?, seguro que si. Ya está ya veo ese punto, por fin podré relajar mis extremidades, esta bajada hará más fácil mi camino. Lástima que tropiezo con el primer paso y mi camino plácido se convierte en ir rodando calle abajo. Voy a cámara lenta y puedo observar como me miran las personas con cara de sorpresa. Algunos gritan: !Oh que alguien lo pare! !Pobre se hará daño!...otros se ríen. Me golpeo con un BMW mal aparcado en un paso cebra, después con un contenedor de basura mal puesto, arroyo a un anciano y me llevo su dentadura pegada en el hombro, parece que todo va bien. Cuando llegue a mi destino podré relatar todo lo ocurrido. Nada.
Sigo rodando por la avenida sin sentido, al fondo veo la puerta blanca que accede a mi fin. Que somos sino unos caminantes que esperan atravesar la puerta final. No, no hablo de la muerte. Hablo de asesinar un día más. Para mi un minuto es una vida, para otros un suspiro, los segundos se me pegan al cuerpo cada vez que transcurren, parezco un cactus intemporal. Intento recordar cuando mi vida era normal, o es ahora. Ya no lo sé. Da igual las paredes acolchadas me esperan en breve, intentaré rodar más deprisa para que no me cojan. Es inútil, voy directo a ellos. Ya me esperan. Quieren que disfrute del paseo matutino, pero no veo lo que ellos quieren que vea, por eso quiero rodar, pero no me dejan. Batas blancas, irracionalidad, babas, ojos en blanco, familias que miran sus relojes para irse a sus casas y así cumplir el cupo del mes, "he visto a mamá 2 minutos este mes, me voy"... ese tiempo es un mundo aquí. El jardín me arde en los pies. El olor a jazmín me dan nauseas y vomito en cuanto no me ven los de blanco. Supongo que los narcóticos ayudan a ese proceso de regurgitar los alimentos precocinados, secos, aguados o pastosos. Quizás no tengamos un concepto acertado de la realidad pero nuestras papilas gustativas son como la de los demás, quizás varíe un poco porque se nos duerme la lengua a veces, las amarillas son las más odiosas no te dejan expresar con sonidos coherentes. Pero el cerebro si que va funcionando, yo odio las azul cielo, esas te nublan el entendimiento y eso no lo soporto, ¿estoy hablando?.
Ya queda poco para golpear con mi cuerpo la puerta blanca, la sirena de las doce suena, es como un martilleo incansable en la sien. No hace falta que me cojáis por los brazos por desgracia ya se el camino, y si no me drogarais tanto podría usar eso que vosotros llamáis piernas. Cuando te arrastran siempre hay algo que duele, si el alma también, o la auto estima, o las ganas de vivir, pero me refiero a los empeines, se doblan los pies ya que pesan varias toneladas los dedos se doblan y primero pierdes la zapatilla izquierda la derecha ya no sabes donde está, entonces la gravilla del camino hace estragos con las falanges, la piel se va desgarrando poco a poco y gotitas de sangre vuelven a aparecer en las costras de unas heridas antiguas. Todo queda en nada cuando el jardinero saca la manguera y hace su trabajo. Nadie me pregunta como estoy, nadie se preocupa de mi estado. Veo a esa aloevera tan bien cuidada que desearía ser ella. Pero no, simplemente soy yo, soy...el número 88 creo que de apellido Room, o eso es lo que oigo cuando me vienen a buscar. Que majos son para que no olvide mi habitación han puesto mi nombre en la puerta, en una chapita plateada bastante mona: "88 room". Que amables me dejan caer en mi cama, no se habrán dado cuenta pero no han acertado mucho eso o he rebotado hasta el suelo, menos mal que está algo acolchado. No se cuanto tiempo llevo aquí pero quiero cerrar los ojos y esperar de nuevo a encenderme un pitillo, ¿les he dicho que no fumo?

viernes, 30 de julio de 2010

Morir deprisa.

Tiempo, maldito seas allá donde estés.
Soplo de aire que deambulas por mis venas sin dejarme apenas respirar.
Tiempo, susurro de dioses.
Que se carcajean de nosotros por perecer bajo sus bromas y sus perversiones.
Tiempo, ola salada y asesina.
Que arrastras a las cálidas playas horror y destrucción.
Tiempo, peldaño al infierno de los cielos.
Allí donde jamás me vereis.
Tiempo, nota musical.
Producida por los bufidos de seres errantes.
Tiempo, moho de las almas puras.
No dejas crear canciones en los muros blancos de las cárceles de nuestras vidas.
Tiempo, gota de agua de rio.
Rio encabritado que te escabulles entre mis poros casi cerrados.
Tiempo, gota de sangre.
Ardes en mis entrañas, galopas por mis venas y dejas todo por hacer.
Tiempo, sueños irreales.
Que me despiertas para poder morir un día más.
Tiempo, amante infiel.
Engañas a quién te desea, mientes, oscureces al amor.
Tiempo.
Te deseo.
Te necesito.
Dame más de ti...porque sino jamás volveré a ver a mi hija sonrreir....

miércoles, 14 de julio de 2010

El latido de un árbol .....

...lo siento pero ya no voy a poner más fragmentos su totalidad está en el libro publicado... me quiero dedicar a cosas nuevas y no voy a colgar nada de lo que esté en El Trovador decapitado... paso página que si no me quedo anclado. Estoy intentando preparar otro libro de relatos y continuar con aquel proyecto de novela. Me queda por completar la saga de 8 a 9...demasiado cosas para el poco tiempo que tengo... y a todo ello ir siguiendo y leyendo vuestros blogs....aaaaaggg maldito tiempo quien te posee y quien te maneja....oro..yo no quiero oro ni dinero...quiero tiempo y sabiduría para dominarlo...

Besotes

JJ

Pos data el libro en papel o en descarga en Bubok, siento que se pasen con el precio de envío y su mínimo....recordar que yo no me llevo el importe completo solo una pequeña parte.

ReBesotes

ReJJ

martes, 29 de junio de 2010

El latido de un árbol (5to fragmento)

Mar de arena era su destino, el desierto era su lugar buscado. Era un largo viaje, solitario pesar, ¿qué encontraría por el camino?, ¿Cómo iría?. Se alejó de la ladera del río para regresar a la senda, allí donde una piedra le habló. –Si pudiera volar llegaría pronto a mi destino- No le faltaba razón, porqué un mar debía cruzar, quizás un océano. Andaba y andaba, el día estaba agotado y dejó paso a su amada noche. El joven exhausto se sentó al lado de un árbol, se recostó sobre hojas y se durmió. Al instante de cerrar los ojos su inconsciente empezó a vivir, ¿Qué historias albergaba aquella vida?, una de ellas fue la siguiente: -Un mar se extendía sobre su mirada, el oleaje teñía de blanco espumoso ese azul oscuro, las nubes ocupaban casi todo el cielo, pero dejaban pasar algún rayo solar lo que hacía que el espectáculo fuese aún más bello; las flechas del astro rey dibujaban una cortina brillante. Un ave sobrevolaba aquel paisaje fantástico. Él lo observaba todo desde un galeón, era de una madera brillante, sus mástiles tocaban el cielo y las nubes se enredaban con las cuerdas de las velas. Clavos y encajes eran de oro, los bordes metálicos de plata y las ventanas eran diamantes. El suelo era de azabache, el más negro jamás visto. Las velas eran de seda negra, tenían un bordado tejido con hilos de color rojo, verde y negro que formaban un dragón enfurecido. En la proa, debajo del bauprés, había una figura majestuosa, bella, era una mujer desnuda, se cubría su sexo con una mano, la izquierda, con la derecha sus pechos. Era de bronce, brillante, pulido, daba la sensación que en cualquier momento cobraría vida. El pecho parecía latir y sus ojos lágrimas derramar. Sus labios eran grueso, carnosos, sensuales; incitaban al beso. Su nariz una gota de rocío, sus ojos sensibles con expresión cálida, serena, tranquila; emanaba seguridad, contrastaba su sonrisa entre melancólica e irónica. Su pelo largo serpenteaba por casi todo su cuerpo, el viento parecía querer apartarlo para mostrar su silueta. Silueta dibujada sobre un lienzo de madera.
Era un barco bien armado, cincuenta o cien cañones por costado, de oro, plata y cobre, con balas de cristal rojizas y azuladas o verdosas y anaranjadas o blancas y negras. Toda la tripulación estaba al servicio del Capitán Dorvatro.
Nada ni nadie podía con aquel galeón, por nombre Soledad I. Miles de batallas ganadas, ninguna perdida. Era impensable perder bajo el mando de aquel capitán tocado por la protección de su diosa Lucigel. Representada en la proa. Incluso la ira de la naturaleza se apaciguaba cuando él levantaba los brazos y gritaba. Pero en su sueño aquel día una tormenta acechaba al barco. Rayos caían en picado, el fuego iluminaba el cielo, trompetas tocaban el himno de la muerte, algunos de la tripulación saltaban de barco y gritaban: “!Socorro, socorro, Capitán haga algo!”
-Esperar a que acabe lo que me acontece ahora- ¿qué podría ser más importante que aquella emergencia?, eso era lo que recorría la mente de los marinos. Pero nadie dudaba de él y de sus decisiones. Estaba encerrado en su camarote, escribía un poema a su Diosa, el siguiente:
-¡Oh Diosa mía!,
¡oh maldita hembra!,
¡Oh, el amor me haces!,
¡Oh, el placer me invade!.
Buscar debo,
encontrar necesito,
amar, soñar, verbos
sin mas, verdad
sin mas. ¿Qué mas
que morir?, ¿qué menos
que llorar?.
¡Oh Diosa del mal!,
¡oh bendita mujer!.

Un poema, una canción, mientras un concierto en el mar había. –Ahora puedo mis valientes, ayudar os debo y salvaros quiero – mientras sus palabras los tranquilizaba, subía a cubierta, vestía con pantalones ceñidos de color verde tan oscuro que parecía una noche sin luna, una camisa blanca perla con un bordado con hilo de sol una rosa y una águila en el pecho izquierdo, un puñal y un ojo llorando en el derecho. Calzaba unas botas negras que le cubrían hasta las rodillas. Encima un chaleco a juego con el pantalón. Un cinturón grueso con una hebilla de plata, que un león era. Agarraba su espada y su daga, ambas con nombre propio, la primera Esbelta y la segunda, Alba. Con su ornamenta característica se posó en la punta de la proa. Empezó a llover, como rugía el cielo, la tierra temblaba, el mar se agitaba, los hombres lloraban, él se reía y su dama disfrutaba. Un tornado en el horizonte, le acompañaba una luz roja y fuego sobre el mar. Rayos, truenos, vientos huracanados y los mismos crujidos del barco tocaban una canción, una música infernal. “-¿Qué hará nuestro capitán?-“ El reía y reía, sangraba y lloraba, jadeaba de placer y se relamía las heridas, entonces gritó y gritó, la tormenta le oyó, y rugió más que él. Desenvainó su daga, se rasgó la camisa y el chaleco lanzó al mar. A pecho descubierto enfrentarse iba. Sin temor, sin miedo cogió fuerte su daga y el tórax se abrió, sangre y más sangre brotó de su cuerpo, de su ser. Seguía riendo, gritaba todo lo que su fuerza interior le daba, se le oía más que a la misma tormenta. Un hombre con el pecho ensangrentado y con el cuerpo encabritado se enfrentaba al salvajismo de la naturaleza.
En sus ojos, lenguas de fuego.................

lunes, 21 de junio de 2010

BALAS SIN NOMBRE

No se cuanto tiempo llevo aquí. Levanto la cabeza levemente solo para mirar si se mueve algo en mi horizonte. Estar tumbado a priori parece cómodo, pero cuando prácticamente es tu posición normal. Se te duermen todos los músculos, primero es un cosquilleo, luego ese cosquilleo parecen pequeñas descargas eléctricas, más tarde se convierten en rampas para dar paso al dolor a veces inaguantable, pero para eso nos proporcionan un kid médico legal, no se si me queda algo, yo ya tiro del kid no oficial, de ese que está completamente prohibido por nuestro superiores delante de políticos o estamentos oficiales, pero que en las instrucciones incluso nos explican como debemos tomarlas y en que dosis, y sobre todo no comprarlo en la calle, sino a gente de confianza, claro está que ellos te indican quienes son los de confianza.
Creo que llevo semanas solo comiendo comida enlatada y barras energéticas, ahora hace días que no me vienen a visitar ni superiores ni los de avituallamiento, ya me dijeron en su última visita que tardarían en volver, por eso me dejaron más alimentos y líquidos de lo normal, y medicinas de las legales y de las que no existen. Las órdenes ya las tenía claras antes de tumbarme en esta colina, disparar a todo lo susceptible de ser enemigo.
Mi puesto es privilegiado, es una pequeña colina rodeada de pequeños árboles, matojos y rocas, todo ello me hacen ser invisible, podrían pasarme por encima y no se darían cuenta de que hay un ser humano bajo sus pies. Entre unas rocas he cavado una pequeña zanja en la que yo estoy tumbado, me cubro con un tronco hueco, entre el tronco y yo hay una tela color por una lado de camuflaje verde y por el otro color tierra, el tronco al ser marrón la parte de la malla que me cubre es de un tono arenoso, el resto de decoración son los matojos y hierbajos que me rodean, soy invisible, incluso mi arma es transparente a los ojos de los mortales, es de una aleación que no deja que la luz se refleje, a de mas la pinto dependiendo el paisaje, usamos unas pinturas fáciles de secar con productos especiales que no existen en el mercado tradicional. En la base de la zanja me he colocado una manta algo acolchada para no estar del todo incómodo, ya ni la noto.
A veces me incorporo, pero no debo estar mucho tiempo enseñando mi cuerpo porque al estar solo soy presa fácil para el enemigo, aun poniendo trampas caería fácilmente si detectaran mi posición. La ciudad que controlo está a un kilómetro, si veo movimiento extraño me da tiempo de huir, ¿pero a dónde?, por eso solo paso algún minuto fuera de mi caparazón, la verdad es que me asemejo más a un caracol que a un ser humano. Tendríais que ver cuando me levanto de mi escondrijo, me tiemblan las piernas casi no me aguanto en pie, si alguien mirara vería a un matorral dando tumbos, llevo una especie de mono de camuflaje adornado como si fuese un árbol de navidad pero en vez de bolas plateadas llevo colgado hojas, piedras y arena, y mi espíritu muy navideño, la verdad no es.
El dormir es un tema peliagudo, no puedo estar más de dos horas seguidas, pero por otro lado necesito relajar cuerpo y mente, así que me he hecho un planning de descanso, cada seis horas de tensión duermo o descanso una o dos horas máximo. Mi despertador no suena ni vibra, ni hace luces, es un reloj interno, mi cuerpo se ha adaptado tanto a este sistema que mis párpados se abren automáticamente . No sé lo que haré cuando llegue a casa y tenga una vida normal, si vivo solo, en fin no hay problema pero como mantenga una relación con alguien, lo vamos a pasar mal. Supongo que luego sabré adaptarme a la vida de un civil corriente, con familia y con las preocupaciones típicas, ir al super, pagar hipoteca, sacar al perro a pasear, dormir ocho horas seguidas, no matar a nadie, digo yo que lo sabré hacer ¿no?.

No se cuanto tiempo llevo aquí. Creo que llevo semanas o meses, para mi el tiempo no existe o al menos no debe existir, sino podría acabar loco o peor aún, dormido. Por suerte mi tiempo lo calculo a través de las víctimas de mi puntería. Procuro hacer que caiga un terrorista cada intervalo entre descanso y descanso, así se cuando he de descansar o comer o mear, les he de llamar terroristas en nuestro vocabulario queda excluido hablar de hombres, mujeres o niños, o simplemente seres vivos, para nosotros solo son trozos de carne y a nuestros superiores se les antoja llamar terroristas, así tenemos todos las conciencias tranquilas, o al menos aparentemente. Que lejos de la realidad. Bueno haciendo este cálculo diría que llevo, a ver si cuento que cada hora cae uno, pero claro si van de dos en dos… no entonces solo cuento uno, días festivos no valen… los del camión, no me quedó claro cuantos iban… si, creo que llevo más de dos meses aquí.
Cuando la conciencia llama a tu puerta también debemos sobreponernos, para eso hay unas técnicas, les llaman Tácticas de sobreconciencia, hay varios capítulos, es lógico es un tema que preocupa a nuestros superiores, no vaya a ser que nos derrumbemos a las primera de cambio, y es que matar en nombre de la libertad no es fácil, si te preparas psicológicamente un poquito, se hace mas llevadero, y si te medicas más aun. Una de las tácticas es darle sentido a tu disparo, es darle un motivo de que exista, por ejemplo, ayer le disparé a un soldado enemigo, si te entran dudas piensas, él haría lo mismo, te mataría sin dudarlo o quizás a un compañero tuyo o violaría a tu mujer si pudiera, o invadiría un país bueno. Así pues tu bala se llama libertad o uf menos mal que te he usado.
Si por ejemplo matas a una mujer piensas que en su vestido lleva escondido alimentos o medicinas para tus enemigos, lo que quiere decir que alimenta a terroristas, esos que a su vez te podrían matar a ti o tus compañeros o violar otra vez a tu mujer, no entra en nuestras cabezas porque está prohibido pensar que esa enorme barriga alberga un bebé, no, sobre todo eso no!
Si por otro lado matas a un niño de edades entre catorce y diecisiete años, se considera adulto y por tanto un soldado, por tanto es el punto explicado antes. Si por otro lado el niño es menor de catorce años, la cosa cambia, has de pensar que en sus juguetes puede haber algún tipo de explosivo, y si no lleva ningún juguete, puede ser que lleve adosado a su cuerpo una bomba, lo cual es un claro peligro para la humanidad libre, la cual nosotros defendemos. Así pues no le quitamos la vida a él, sino salvamos la vida a muchos otros niños inocentes. Y en este caso la bala se llama esperanza.
Como veis hay muchos motivos para cerrar las puertas a la conciencia. Uy! hay movimiento en la calle mayor, o en lo que queda de ella, muchos soldados, coches blindados, periodistas; ¿que está pasando?, voy a ver de cerca, solo he de destapar a mi amiga y poner el ojo cerca de la mira, es brutal como un kilómetro de distancia se reduce a nada. Pero, ¡si son de los nuestros!, porque no me han dicho nada, ¿habremos tomado el control de la ciudad?, se han olvidado de mi, yo que llevo semanas aquí defendiendo al mundo de terroristas. Quien será el del coche, a ver ya sale, ¡oh Dios, si es mi Presidente! Definitivamente hemos tomado el control no solo de esta ciudad sino de la zona, porque si viene en persona, muy seguros han de estar de que no le suceda nada.
Creo que mi conciencia se ido de vacaciones. Porque me está entrando unas ganas de matar a mi jefe. Pero para asegurarme de que no me jugará una mala pasada, voy a convencerla. A ver, en primer lugar el tiene el poder de decidir a quien matamos y a quien no, eso por otro lado se puede poner en contra de nuestro país libre, que deja de ser libre cuando solo una persona puede acabar con millones de ellas; si, voy bien, en nombre de la seguridad me hace matar a niños, mujeres y a todo lo que se mueva, pero en verdad lo que interesa es el precio del petróleo, por tanto miente, por tanto esto va en contra de la educación de esos niños a los que defendemos matando a otros; sigo bien. Creo que esta bala que ya está cargada la voy a llamar, por fin me nos libramos de él. Se que después de él vendrán otros, muchos otros, ¿pero y lo a gusto que me voy a quedar?, quizás le demuestre a todos, que no hay nadie que se libre de la muerte repentina, esa muerte a la que me han enseñado aplicar sin piedad, sin dudar he de apretar el gatillo, se cruce quien se cruce en mi punto de mira, y soy bueno, voy a realizar el último de mis disparos, luego recogeré mis cosas y desapareceré, total, no existo, ellos han querido que no existiera, a de mas tengo más de un kilómetro de ventaja. Mis músculos se recuperarán rápido, aun me queda "medicina", colombiana, muy buena. Lo que no se si reclamar un finiquito o las vacaciones que me deben, quizás no. En fin me voy que el dedo ya ha hecho su función.

miércoles, 26 de mayo de 2010

EN UN DIA COMO HOY

Solo en casa, Sí, en un día como hoy y estoy solo. Decidí pasar una semana en la casa de campo, solo. Que tranquilidad, pero tanta, espero que se rompa de una vez, pronto!. Quien lo hubiera pensado, yo no. Pero claro algún día tenía que suceder, y ha sido hoy.
Soy escritor, mi nombre da igual. No creí que llegara a serlo pero a veces la suerte ayuda. Escribo relatos cortos, cuentos fantásticos, historias de mundos irreales. Lo que ahora escribo seguro que se convertirá en un best seller o algo así, ¿por qué?, pues porque son las horas muerta de un famoso escritor, poco después de la Tercera Guerra Mundial. Se veía venir, se intuía, se palpaba en el ambiente, ¿pero tan pronto?. Además, nadie podía pensar que al final decidiesen utilizar las bombas atómicas. Como se puede llegar a ese extremo. Que valientes son los Militares y los Jefes de Estado no le temen a los efectos de la radiación y eso que también están expuestos, y no solo ellos también sus seres queridos. ¡Que coraje!. Lo que no entiendo es porque ellos y sus respectivas familias se han ido a las Casas.plataforma de la base lunar 0.07, decían que eran pruebas y prototipos, pero deben funcionar ya..., ¿lo de irse allí lo habrán hecho por estrategia?, seguro que si, por eso se han ido amigos y enemigos todos juntos, allí discutirán y arreglarán sus problemas, lo malo es que han hecho extensible al resto de la humanidad esos “problemas”.
Con lo cara que es esta casa y no le han instalado un refugio antinuclear, que fastidio, tengo piscina, pista de tenis y de squash, tres plazas de parking, tres baños, una sala de juegos con dos mesas de billar, dos cocinas, cinco habitaciones o... seis? en fin pero refugio...no, de eso no. Algo lujosa es... o era, dudo que ahora me dieran algo por ella. He tenido que refugiarme en uno de los cuartos trasteros con colchones y almohadas. Estoy viviendo en 2 m2, me sobran 468 m2 de casa, que desperdicio.
Dicen que no se puede salir del refugio en dos o tres semanas, llevo dos días y ya estoy harto. Si salgo no creo que me pase nada, estoy bastante lejos de donde cayó la bomba. No puedo vivir sin aire, sin luz, sin ver volar a las aves. ¡Saldré!. ...........
¡Como esta todo!, cuando venga la señora de la limpieza se va ha enfadar muchísimo. Bueno ya la compensaré, le daré un extra. Por suerte en el refugio guardé papel, algunos lápices y mi pluma de la suerte, sino ahora no podría escribir nada, todo está quemado. Habrá llegado hasta aquí la onda expansiva.
Este fin de semana tenían que venir mis padres, la última vez que los vi discutimos. Tenía que haberles pedido disculpas, ¿lo podré hacer el sábado?.
Cada vez estoy más cansado, que aburrimiento, que silencio. Hoy cuando he salido al jardín me he quedado petrificado. ¿Dónde está el cielo?, no sabría que responder. Las nubes grises están casi al alcance de mis manos, el rosal está negro, yo creía en las rosas negras, pero no en estas. ¿En el resto del mundo todo debe estar como aquí?, no puede ser, no creo que halla un solo hombre en el universo capaz de permitir algo así, ni los de la base Lunar...
No se si es de día o de noche. El Rolex se ha roto, cuando se calme todo iré a Suiza, le diré al viejo Rousseau que me lo reconstruya. Me gustaría poner fecha a lo que escribo a modo de diario, pero me es imposible, no tengo nada para calcular el tiempo, no recuerdo cuando fue la explosión, menos aun cuantos días han pasado, ah mierda se me olvidó recoger el Porche nuevo, con la ilusión que me hacía tener un coche amarillo. Pero que demonios estoy diciendo, en que me he convertido, ¿en un vulgar rico?. Hacía tiempo que ya no escribía nada. Los últimos dos libros han sido los más leídos, bueno los más vendidos en los últimos veinte años. Uno de ellos ha ganado tres Oscars, si, lo adaptaron al cine. Salí en la película, nada poca cosa, una escena, como hacía Hitchcock, aparición especial. Estos dos libros me han hecho rico, rico no, riquísimo, multiultraplusmente rico. Lo irónico es que no me gustan y no son parte de mi, los anteriores lo eran, pero no me dieron nada, ni fama, ni dinero, ni mujeres, solo aire para respirar, fuego en las venas y ganas de volar, entonces si que era rico, ahora no. Me siento vacío. No siento mis venas, creo que la sangre no circula por mi, ni yo por ella... ¡Oh...ella!, cuantos recuerdo me trae, estábamos enamorados. Tuve que dejarla, era ella o yo. No podía permitir que me fusilaran cada vez que le decía, te quiero. Por eso me casé con otra, ¿amor? No, nunca. Pero hay tantas persona que en vez de amar hacen el amor, y lo confunden todo, por aquel entonces pensé: -Que demonios, ahora que soy rico voy a escoger y ya está, ¿a esta o la otra, o las dos?.... Que frio, eso si, no me puedo quejar he vivido bien, que libre, que mentira ha sido mi vida. Solo mis relatos son la verdad. Cuanto la quería.
Creo que han pasado dos semanas, quizás tres, la verdad es que no lo se, cuanto tiempo sin ver a nadie. Ayer llovió, ¿o era hoy?, me he tumbado desnudo en el césped, bueno en el suelo, he dejado que la lluvia cubriese mi cuerpo. Que placer he sentido, es lo poco natural que me queda, está todo tan quemado, todo tan gris, el aire es irrespirable. No me importa que la lluvia esté “nuclearizada”, ¿existirá el verbo “nuclearizar”?, da igual, ahora si. Que espectáculo más bello, electricidad en el falso cielo, ¿un rayo de esperanza?, quizás. Como se ha roto delante mío ese cielo sucio. ¡Que gritos, que rugidos hacía la bestia dormida!. Juntos hemos despertado. Como un dúo hemos cantado, luego he caído exhausto. Sin fuerzas, me he quedado dormido, también calvo, allí mismo. No se cuanto me queda de vida, espero poder acabar de escribir, claro que cuando acabe querrá decir que mi vida también lo hará. Me duele todo el cuerpo, ya no puedo hacer ejercicio, quién me viera y quién me ve. Ojalá pudiera escribir treinta tomos de la Historia del Mundo, aunque tampoco aprenderíamos nada.
En estos días tan duros, lo que me mantiene vivo es que aun sigo vivo, el recuerdo de algunas personas, mi capacidad para poder escribir y para poder cantar aquellas canciones que me han acompañado a lo largo de mi vida. Ya lo decían todos: ¡Niño, no estás al día!, loco. –Yo les respondía, -¡Pues si!, y lo decía con orgullo mirando por encima de sus cabezas.
Ayer creí morir cuando no me acordaba de aquel cantante que me hacía estremecer, estuve apunto de dispararme, justo cuando apretaba el gatillo, lo recordé, que cosas tiene la vida, no.
Como cuesta escribir cuando estás a punto de morir, como cuesta seguir viviendo cuando lo último que le dijiste a tus padres fue: “Ojalá no os vea más.- Como odio ese día, Dios mío déjamelos ver solo unos segundos, no quiero morir sin decirles que los quiero. Te imploro a ti oh Todo Poderoso, déjame que los vea, solo una vez más. Pues si que estoy desesperado, estoy haciendo eso...como se dice, ah si! Rezar, si me viera mi madre... en mi diccionario no existía esa palabra. Ojalá me disparara en la cabeza, no una sino varias veces. No puedo parar de gritar, oigo esas palabras, oigo llantos, oigo la muerte de todo un mundo, de mi, oigo gritos en mi cabeza, estallará, eso espero, quiero irme, pero quiero verlos, perdón, perdón, te quiero, os quiero. Mátame ya, no me quemes, no me dejes moribundo, fuego, llamas, explosiones, ¡ah! Guitarras desgarradas, cuchillos afilados me rasgan la piel, no sale nada. Estoy muy mal, estoy cansado.
Creo que es hoy, no se que día es, me parece que son las seis de la mañana, del seis de junio, sí, debe ser hoy el día de mi fin, el día de mi juicio final.
Siento un calor horrible, el recorre todo mi cuerpo, arde, oh Dios como arde. Vuelve, vuelve a mí, serenidad, no me olvides sosiego. ¿Estoy llamando a la muerte?, no se. Quiero encontrarme y estoy solo para hacerlo. Me mataré. No, no quiero quitarle trabajo a mi “amiga”, Dama, negro es nuestro color, aunque vayamos de blanco. Tengo el cuerpo ensangrentado por heridas, cuando las erupciones escuecen, si te rascas es mucho peor, aunque es imposible evitarlo... te rascas y sangras.
¡Corro y corro por el verde y floreado campo!, ¿dónde está?. ¡Que han hecho esos malditos hombres!. Yo solo quería ser libre, ¿es por eso que destruyen el mundo?, ¿no quieren que nadie sea libre?, pues yo lo fui, lo soy y lo seré!. Lo juro.
Cierro los ojos y ya sólo una imagen veo, soy yo, será el fin. Que fin tan hermoso, yo desnudo recordando mi vuelo. Me he clavado la pluma varias veces en la mano izquierda para no dormirme, quizás si lo hago ya no despierto. Como me pesa la cabeza, pero si la dejo caer en el charco no podré respirar, el agua entrará por mis orificios, los pulmones se hincharán, las venas se inundarán de agua y estallaré. No puedo dejar de respirar aún, he de ver a mis padres. Hay rayos en el cielo, uno de ellos se ha escapado y ha entrado en mí. Algo de vida me queda, noto como mi sangre corre por mi ser, que alegría. Estoy rodeado de vómitos, no me refiero que esté rodeado de personas simples e inhumanas, es que la radiación me ha afectado al estómago. Todo se ha teñido de negro, siento un terror agradable. Una luz roja se abre delante de mí, ¿qué será?. Por fin has llegado, es Ella, la Gran Mujer Bella que me lleva consigo. Pero espera no he de morir todavía. Sé que tu tiempo es limitado cuando vienes a buscar a alguien, pero mi Reina, espera un poco, quiero ver a mis progenitores.
¿Que perfume llevas?. Que placer olerlo, aroma de rosas. Gracias por presentarte a mí, con ese olor tan digno de dioses. Siento mi aspecto, es que estoy enfermo, ¿sabes?.
Oigo gritos horribles dentro de mí, deben ser todos los escorpiones que he tragado todos estos años. ¿Por qué me claváis vuestro aguijones?, están bebiendo de mi sangre, ¡dejarme un poco!, sino caeré en el lago negro sin haber visto a mis creadores. Un momento más, luego os saciaré con mi muerte. Oh Santa impaciencia, cuanto te odio, oh Santa cuanto te impaciento, te amo. Estoy solo.
Se que he de coger mi barca ya, pero no puedo, mis entrañas me queman, oh mujer bella, ¿qué te pasa?, te haces vieja, tus arrugas se agrietan, no tienes pelo. Te deshaces delante de mí. Solo eres un esqueleto, ¿es qué voy a morir ya?, ¡no debo!. Que injusta eres a veces. Estoy cansado. Cada vez que suspiro me abraso con mi aliento, ya no me hacen efecto los cortes que le hago a mi pobre brazo izquierdo. Cuanta sangre corre por mi piel herida. Una gran luz no me deja casi escribir.
Oigo tambores marcando un paso, el mío, al menos son notas de un músico grande. Que gusto morir así. Pero aun no es mi hora, me pondré a correr, ¡no puedo!, es el fin de un camino, ya veo el otro.
¡Oh Dios!, son ellos, ¡padres, estoy aquí!, no me ven. No me estires todavía, un segundo, ¡Espera Muerte!, si, ya les veo, me recorre una araña por todo el cuerpo. Noto su presencia, me envuelve una brisa fría, casi helada. Los escorpiones siguen su trabajo, ¡chupar!, no me importa nada, han destruido a la Madre Tierra y no me han dejado pedir perdón.
Llévame contigo, podrías poner un cojín en este tablón, al menos para hacer más cómodo el viaje. ¡Padre! Adiós, perdón, perdón, os quiero. Se qué me veis, me oís, os presiento. Ya cierro los ojos, que bonitos parajes, cuanta belleza, ¿es que no ha muerto el mundo?, ¡mira cuantos niños corren por la orilla del río!. Sonríen alegres. ¿Es que no ha habido explosión nuclear aquí?..... gracias por llevarme contigo. ¿Hay que esperar tu llegada para empezar a vivir?, llévame contigo ya...estoy cansado de esperar. Adiós........

jueves, 6 de mayo de 2010

Libro publicado en Bubok

Hola amigos/as, por fin lo tengo, sip!!!! ya tengo publicado mi libro de relatos. Donde? en la web bubok, este es el enlace directo : http://juanjostk.bubok.com/ En el blog encontrareis algunos de los relatos que aparecen en el libro. Darle un vistazo se puede comprar en papel o descargarlo.

Gracias

martes, 4 de mayo de 2010

La última vez

Tan bella eres que mi pluma no deja de escribir sobre ti. Esta vez será la última vez que lo haga, ni mi brazo ni mi corazón pueden más. Pluma diabólica déjalo ya, no ves que es inútil, ¡olvídalo!. No puedo detenerla, aunque presiento que esta será la descripción final.
Eres comparable con la mujer de plata; sus destellos me acarician la piel igual que tu mirada. Tus ojos, ¡Dios mío!, que bellos son y que profundidad encierran, no se que expresan si amor o indiferencia.
Tu rostro es único, casi indescriptible. Tu piel es delicada, suave y blanca como un pedazo de seda, lástima que ahora es comparable con la nieve fría. Oh tu nariz, gota de rocío deslizándose por una hoja verde y fresca; ahora gusano reptando por una hoja de otoño. Tu pelo, oro puro, destellos de sol pero poco a poco se consume en cenizas, polvo.
Empalideces cada vez más y más, ya no te puedes ruborizar. Tu cuerpo ya no es lo que era, pierde su forma escultórica, casi perfecta. Te dije que esta sería tu última descripción.
Cada vez estás más delgada, tu piel se rasga y se rompe como una hoja de un árbol seco. Tu rostro se apaga ya no tiene esa luz que le daba brillo; triste y doloroso, pero cierto. Disfruto viéndote así, acabada. No sé que me ocurre, la mujer de plata ya no me acaricia, me pincha y me quema. Solo el odio recorre mi piel. Como tinta negra y endiablada la sangre corre por todo mi cuerpo más rápida que nunca.
¿Dónde está tu oro?, ya no tienes, solo una triste y sórdida calvicie se asoma en tu cabeza. Tus ojos más profundos que nunca, yo que en tu rostro se pueden ver dos cavidades huecas y oscuras; aún te cuelgan los ojos por los nervios, ya caerán. No me mires así o lograrás ponerme nervioso. Tus mejillas han desaparecido y tus labios igual, no te queda nada. Te desinflas como un globo viejo. Tus senos puntiagudos y deseables a mis manos y labios, son simplemente un recuerdo. Tus caderas y tu cintura ahora no tienen curvas, son rectas y frías, ya no dan calor. Qué lástima tus piernas provocativas son palos ya. Tus muslos sensuales ahora ya no me excitan.
La ropa te cae, aunque ya no tienes nada que mostrar. Casi no tienes piel, tus músculos se van desprendiendo, algunos se aguantan gracias a los tendones que se resisten a perecer. Pero poco a poco todos ceden y se funden en el suelo.
Te has derrumbado ya, solo hay huesos delante de mí. Ahora, más que nunca, te recordaré. Mi pecado fue recordarte bella, tal pecado se desvanece. Creo que te lo dije, esta va ha ser tu última descripción. Gracias malvada pluma, enviada del mal; me has salvado de caer otra vez en la tentación. Ahora te guardo, no te gastes porque quizás te utilice de nuevo. Recuerda amiga, no dejes que me enamore nunca.

lunes, 3 de mayo de 2010

El latido de un árbol (4to fragmento)

...........

-¡Oh si, desnúdate y tírate al agua sin pensar!- así lo hizo, se arrancó la ropa, incluso se arañó sin darse cuenta, el río quería, deseaba sus heridas. Ábrete las venas y así el río beberá. Una vez desnudo se lanzó al agua, ¿fría, caliente?, que más da. Que bella dama serpenteante, grandísima princesa, alma llena de vida. El agua se encabritó, la corriente era fortísima, bajaban árboles caídos, piedras que parecían proyectiles, animales asustados; pero él no se movía, él era parte del caudal. De las profundidades una imagen femenina surgió; no había río sin mujercita y no existiría realeza sin río. Como un todo se reflejaban, como un ser vivo se movían. ¿Era él un príncipe? , parecía dominar los elementos naturales. Tenía los ojos cerrados y una leve sonrisa mezclada con una seriedad real y una serenidad extasiadota. Aquella especie de hada lo abrazaba y él lloraba. Él la besaba y ella se estremecía. Juntos se miraban y el cielo rugía. No era amor, quizás odio. No era compasión, quizás comprensión. No era un río y un ser humano, quizás solo dos seres vivos. –Dame tu sangre hombrecillo semidivino, deja que sacie mi sed. Que corra por mí tu calor y tu deseo, tu pena y tu valor, simplemente tú.
-Tómame, Hada divina, mátame si quieres, porqué no te siento, no gozo contigo, mi soledad te entrego pero no tomo nada de ti. Me es placentero tu contacto, me es extasiador pero no llena mis venas vacías. Quiero yo llenarte, nada a cambio pido, saciarte quiero, morir debo.
-¡No, jamás en mi lecho!. Sé como llenar tus venas, oh incrédulo amante- entonces la princesa se apartó de él, este quedó tumbado con los brazos extendidos y los ojos cerrados, flotaba como una hoja de árbol caída. De las entrañas del Poeta Río salía un humo, olas y olas de un denso humo, recorría el agua, era blanco y rojizo, a veces oscuro a veces claro. El oleaje se convirtió poco a poco en una cama, la Hada posó al joven sobre ella y con un gesto ceremonial la elevó al cielo. Un chorro de agua hacía de elevador, mientras que una cortina de agua envolvía aquel ascensor. Sus ojos se abrieron, yo volaba cerca de él, y sus ojos vi llorar y su rostro una sonrisa dibujar. Una brisa fría lo vestía, sentíase como un ave, cuanto placer. Nubes penetraban por sus poros, respiraba un aire tan puro que embotellarlo quería. Se olvidó de quién era, se olvidó de ser, de hacer y de pensar, preguntar no podía, ¿para qué? Si aquello era él. Gozaba él y gozaba ella, poco a poco descendía, sus regalos ya se habían entregado y aunque el placer se quiere eterno, no podía ser. Como si de un dios se tratara, descendió de los cielos, hasta de nuevo posarse al ahora tranquilo río. El Hada subió sobre el espeso humo como si fuera una jinete, por un instante el cielo prendió fuego, iluminó a ambos seres y luego las llamas fueron absorbidas por cada molécula allí presente. La serenidad reinaba, se oía una música, era como si la naturaleza hablara de nuevo. El silencio fue roto por la Princesa: -¿Qué te ha parecido mi sangre bello trovador?.
-Agradecértelo no sé, no puedo, dímelo tú.
-Hombrecillo, tú me has dado fuego, yo el mío, hemos disfrutado juntos ahora aléjate, sigue tu camino y olvídame, hasta que a alguien puedas explicárselo.
-¿Quién puede oír semejante historia?, no creo que halla nadie en este mundo capaz de entender lo que mis palabras cuenten y menos aún lo que yo he sentido, y menos entender de tú existencia, ¿quién tiene ese derecho y esa capacidad?.
-Si encuentras a alguien merecedor de tú saber, te darás cuenta y tus canciones comprenderá.
-¿De alguien sabes?.
-Sí, de un árbol milenario, cuya sabieza es infinita, encuéntralo y háblale. Su mar es de arena, su cielo es azul celeste, ¡búscalo!. Parte ya, cuanto antes lo encuentres mejor –así lo hizo, marchó cabizbajo y dejo sobre su Princesita unas lágrimas de color rojo.

viernes, 30 de abril de 2010

El latido de un árbol (3er fragmento)

-No sigas, ven…- Nuestro joven buscador fue abrazado y besado por aquella mujer, medio ángel medio demonio. Sus cuerpos se encontraron y allí en el cementerio bajo la lluvia se amaron durante horas. Ni el agua fría ni el viento helado les molestó, sólo deseaban amarse sin más. –Nunca me iré de su lado, bella estrella, jamás partiré en busca de mi mismo, ni de mi soledad.
-Pero que dices cachorrillo, ¿no te oyes?. Estás blasfemando a tu religión, no seas uno, cree en tu Dios y en tu muerte, que la luna te guíe, que el viento te lleve y que la brisa te acaricie. Aquí morirás, pero no como tu quieres; morirás arrodillado y pidiendo perdón.
-¡No, eso jamás!, mis alas perder no puedo….
-Por eso bello joven, parte, aléjate de mí, piensa que yo te acompañaré y gozaremos de nuevo. Ahora vete y no hagas que llore más. Toma, ten estas palabras en tu mente y me tendrás por siempre:

Ama a todo lo que no
sea un hombre,
y te amarás a ti mismo.
Entonces ama a quién
sueñe contigo.

-Gracias por tan preciado regalo, en mi pecho lo grabaré con oro líquido. Adiós mi Dama Negra.
-Adiós mi bello muchacho, en mis entrañas te llevaré.- Se alejaba mientras la naturaleza creaba una bella melodía; miles de tambores, violines con agudas notas, con platillos dorados y campanillas plateadas que acompañaban los gritos desgarradores de trombones, oboes, clarinetes y demás instrumentos de aire, todo ello con la delicadeza del mejor compositor.
Lejos de aquel pueblo se sentó en una piedra, a un lado del camino que recorría y estos eran sus pensamientos: “-¿Qué busco?, ¿Qué deseo?, ¿qué miedo tengo?, ¿y la soledad?. Cuantas preguntas, yo salí en busca del ser más solitario. Me encuentro con gente desagradable, que me hunden aún más en un pozo oscuro. Solo aquella mujer me iluminó y significaba el derrumbamiento de mi castillo, la tala de mis alas, las respuestas en blanco a mis preguntas. Debo encontrar a alguien que me responda, alguien solitario que sepa que hacer. Que tormento en mi cabeza, un redoble de tambor oigo, sables atraviesan el cielo negro y se me clavan en las piernas, pero seguir debo, aun con las manos caminar. O con las sienes arrastrar mi cuerpo putrefacto. Ni la muerte me separará de la verdad buscada”. Estas eran las palabras que brotaban de su interior. ¿Quién podría estar más solo que él?. Estaba tan aburrido que incluso a unas piedras preguntó: “-¿Sois las piedras seres solitarios?.
-No, no- decían riendo- somos muchos y nos divertimos, jugamos y nos amamos.
-Que suerte la vuestra.
-No lo creas así -dijo una de color entre rojo y negro- no tenemos capacidad para sentir, al menos desde vuestro punto de vista, no pensamos, no conocemos la soledad, es lo único, tu debes preguntarte, tu deber es hallar respuestas y sentir cosas, cosas que nosotras no podremos sentir jamás. Ponte en pie y busca, pregunta al río. ¡Suerte amigo de las piedras!.
-Gracias hermosa gema, tu consejo seguiré.” Nuestro protagonista prosiguió su búsqueda, ahora tenía una tarea fácil, encontrar un río. El canto de los pájaros lo condujo hasta su pronto destino. Se oía a lo lejos una bella canción, era el río buscado el que entonaba esos versos al ritmo de una melodía triste, que solitaria grandeza encerraba aquella canción, de versos siguientes:

-Nacer, vivir y morir,
siempre, día tras día.
Mi rebeldía me apagan,
me cortan, me matan.
Sangro, oh si, sangro tanto
que mis llantos
no oigo, no oyen, no existen.
Para que nacer,
para que vivir
si luego deseo morir.

Llegó como flotando a la vera del río, o como el lo llamó Poeta Río, se inclinó y bebió de aquella fantástica agua y le dijo: “- Poeta Río, que bellas notas, que versos tan reales, cuanta soledad en tus entrañas. ¿Qué me puedes decir?, ¿Qué pregunta o qué respuesta?, ¿Qué canto o qué poema?. Dime.
-Oh afluente mío, no estoy solo, mientras tú existas, mientras mis cantos los oigan oídos puros. Sí, me acompañan piedras, peces, insectos, flores, rayos de sol y de luna, ¿qué más puedo pedir?.

-Cuanta verdad, tu canción es triste, ¿por qué?
-Quizás no sea feliz, quizás necesite que un dragón recorra mi ser, quizás necesite estar solo, ¿no crees?. No puedo estar en mejor compañía, pero necesito soledad.
-Yo puedo ofrecértela, estoy lleno de ella.
............................

viernes, 23 de abril de 2010

EL LATIDO DE UN ÁRBOL (2º fragmento)

-Viejo estúpido, ¿así eres feliz?, ¿quieres que te repudie?, así será más feliz todavía, sigue caminando quizás te llegue más pronto tu fin.- Se alejo dejando al anciano más pensativo que nunca. No pienses viejo o desearás tu muerte, solo sigue caminando como antes, ese fue el consejo para el errante caminador.
Nuestro viajero llegó a un pueblo. Allí vio y conoció a gente tan diferente a la que él conocía que le sorprendió. No sabía que hacer que buscar, si algo o alguien. Curas, siempre habían en esos pueblos, es el ser más solitario, pero ni él ni su rebaño así lo creen. Fue en busca del pueblerino más ateo, que podía hacer sino, la gente normal cree en lo que dice su “pastor”. Preguntó a una mujer: “Perdone gentil dama, ¿podría decirme que persona es la más atea del pueblo?.
-Claro que sí forastero, ese es Fermín.

-¿Podría indicarme donde lo podría encontrar?
-¡Pregunta mucho usted, señor forastero!, pues a ese descarriado lo puede usted encontrar en el cementerio.- La señora se alejó sin decir una palabra más mientras se santiguaba. Gorda inculta, pensó él. Fue a la afueras del pueblucho, allí en una explanada se encontraba, detrás de un verja de hierro oxidado, el cementerio. Costaba horrores abrir la puerta, un par de bastonazos ayudaron bastante. Ahora el problema era encontrar la tumba de Fermín, quizás la que no tuviese crucifijo, pero todas tenían referencias a la cruz. Una señora lloraba en un sepulcro mientras depositaba unas rosas ensangrentadas. El Hombre Arbusto se le acercó y le preguntó: “Perdone desdichada señora, ¿podría decirme cual es la cama eterna de la persona más atea de este pueblo?
-Sí, Es esta y no soy desdichada, no lloro por mi desdicha sino por la pérdida de mi hijo, el Hombre más ateo del pueblo, aquel que todos llamaban Fermín.
-Llorar puede ser por amor o por tristeza, ¿por qué razón lo hace usted?.
-Porque mi hijo vive por fin en paz. Vivir en un pueblo como este, ser joven y tener tantas preguntas y tantas aspiraciones y tantos temores y …en fin, ser un solitario, como usted joven viajero, tenía martirizado su corazón. El deseaba la muerte pero no la buscaba por mí, él me quería y eso le bastaba para seguir viviendo.
-Su hijo debió ser un muchacho muy inteligente pero atormentado. A él no le busco, no estaba y no se podía sentir solo, teniendo un amor tan grande, su desdicha no me sirve, porqué no la hay. ¿Cómo murió?- Ella alzó la cabeza, lo miró a los ojos y ni una sola palabra salieron de sus labios. Entonces es cuando nuestro joven pudo observar la belleza de aquella mujer. “Es usted como el alba sin sol, con nubes que dibujan siluetas delicadas y blancas, dejando el cielo aún algo oscuro, pero que poco a poco va haciéndose más celeste. Celestial es su rostro, ahora sé lo que es Dios, no puede ser otra cosa que un ser tan bello como el que mis ojos están viendo ahora. Después de verla ,morir ya puedo escuchando la melodía de Wagner. El cielo y la tierra pueden unirse si quieren, no me importa ya. Su vestido negro realza más su naturaleza casi divina, que tiemble Venus y todo el Olimpo.
-No hables más y vete.
-No puedo, quedarme debo, sin su presencia partiré al reino de los no vivos. Necesito de usted para vivir, necesito sus brazos, sus besos, sus caricias, sus…

sábado, 17 de abril de 2010

EL LATIDO DE UN ÁRBOL (fragmento)

En el desierto del Sahara hay un árbol. Se cree que tiene cuatro mil años más o menos. Sus raíces son poderosas, su grosor es descomunal y aunque parezca mentira, es frondoso y su follaje es de un verde esmeralda impresionante. Alrededor suyo hay un mar inmenso, un mar de pequeñísimas piedrecillas, podríase llamar arena. Sí, kilómetros y kilómetros de arena es su horizonte. Bajo el cielo azul se cobija. De vez en cuando una nubecilla le hace algo de sombra, pero esta es tan insignificante que produce al anciano árbol una carcajada y la pobre nube se sonroja. El agita sus ramas para acariciarla y así ella prosigue si viaje feliz.
Algunos animalillos se acercan a verle. ¡Cuantos alimentos encuentran!. Cuanto cobijo, cuanta seguridad a su lado. No son animales grandes todo lo contrario son diminutos y raros. Entre ellos un hombre. ¿Qué hace un humanillo debajo de aquel árbol, lo querrá talar?. No, un crimen así ese hombrecillo no podría perpetrar. Simplemente vive allí, junto al gran árbol. Se refugia del sol, del viento y del mundo. Está tan solo, que la compañía de ese ser maravilloso lo mantiene con vida. Pero es algo recíproco, porque ese árbol agradece la presencia de ese ser tan minúsculo.
¿Cómo apareció allí?. Algunos dicen que nació bajo la copa o que incluso podría ser un fruto caído. La verdad de todo ello es que son leyendas sin más. La verdadera historia del “Hombre Arbusto” a mí me la contó un ave, por ello debe ser cierta, me creo mil veces más las palabras de aquel volador que la de un hombre vulgar. Las palabras que puedan pronunciar esas aves podrían perfectamente estar escritas en los libros de los dioses. Así me la contó:

-Encontrar, quiero hacer,
al ser más solitario,
mi derecho es saber
quién de ellos
merece la muerte más que yo.

Esto cantaba ese humano y así empezó su búsqueda. No podía creer que él fuese el hombre más solo del mundo. En su ciudad encontró a alguien que decía que estaba solo y acompañado a le vez. Él pensó, “¿Alguien sabio al fin?. Así le preguntó: “Dime pues cual es tú enigma, cual tú secreto, no me hagas sufrir más, ¡dime!.

-Oh joven perdido, yo estaba tan solo, mi deseo era vivir compartiendo mi vida con alguien, pero no lo encontraba. Lo importante es no sentirse solo, tener algo que te mantenga erguido, esa es la eterna búsqueda. Que cada amanecer sea bello aunque llueva. Que cada noche sea bella aun sin luna. Yo encontré ese sustento, ese aire que me faltaba.
-¡Dime, no dudes, habla aunque tus palabras no convenzan, dime, dime!.
-¡Oh amigo, es Dios mi salvador!, en Él he encontrado mi valor….
-¿Qué?, valiente estúpido estás hecho tú, ya decía yo que un tipejo que me decía que un amanecer no es bello porque llueva o que una noche no es digna de enamorados porque no esté la Madre Luna sería un bobo y no un sabio.
-¡Necio si me insultas a mí lo haces al Señor!
-¡Pues si tu representas a ese Señor, Él es más vulgar que tú! Así que no te compares con un Dios, nunca. Ni que ese Dios sea tan solo soplidos de hombres.
Airado dejó farfullando algún insulto a aquel hombre que a pesar de no sentirse solo en apariencia lo que si estaba era engañado. Pero dicen que a veces vivir engañado es más fácil que vivir con la verdad.
Salió de la ciudad, su destino era buscar un pueblo solitario. En su camino se encontró a un viejo caminante. Así le preguntó: “Dime anciano, ¿estás solo?, ¿andas buscando a alguien?. Así le respondió: “Oh joven que preguntas cosas complejas. Sí, estoy solo, pero ¿me siento?, oh amigo eso no. Camino y siempre con alguien estoy, ahora contigo, luego con otro curioso, mañana y pasado….

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miércoles, 24 de marzo de 2010

CASTILLO DE PLATA

En aquel castillo hay un alma. Está construido encima de una montaña, llamada Ilusión. Tiene árboles frondosos, pero una campana a veces los quema. Los animales viven en perfecta armonía, sólo turba su paz cuando un viejo arquero hace puntería con su arma. Los pajarillos anidan en los árboles quemados. ¿Qué diferencia hay entre los que están quemados a los que no?, vida y muerte, alegría y tristeza, tu y yo.
En esa montaña hay un río verde, que bello, su fondo está repleto de esmeraldas. Coger no se pueden, ¿por qué?. Ese río guarda un secreto, ¿cual?, el siguiente:
Cuenta la historia, qué un incrédulo no creía que el agua del río convertía a las personas en esmeraldas. Decía que era imposible que el agua fresca convirtiese a un hombre en una piedra preciosa. Para demostrar su incredulidad tocó el agua con su pie. Cuanta razón tenía, no se transformó en una esmeralda, pero si en seis. ¿Por qué el rio está repleto de ellas?, fácil respuesta, la gente al ver un puñado de esmeraldas se lanzaron de cabeza a por ellas. Fueron tantos lo que lo intentaron que el fondo de aquel río creció, y aún crece porque lo siguen intentando.
¿Pero y aquel castillo con su alma?. En lo más alto de la montaña hay un precioso castillo. Tiene ocho torres, las dos de entrada son doradas, le siguen otras de color rojo, precedidas por otro par de color plateado, luego otras de color azul como el hielo, las últimas son transparentes. Las murallas tienen todos los colores, estos hacen millones de formas, las cuales se van moviendo. Dentro de ellas encontramos un gran jardín y en medio de él un palacio de hielo y cristal.
En el jardín se aprecian todas las clases de plantas, flores y árboles que tenemos constancia de su existencia en este mundo. Las que están tocando a la muralla son las más bellas, se pueden ver rosas, violetas, margaritas, claveles, gladiolos, solo por nombrar algunas. Conforme nos adentramos se ve el endurecimiento del jardín. Plantas carnívoras, asesinas, no de insectos sino de hombres. Zarzas envenenadas, plantas sin color pero visibles. El palacio está rodeado por redes de espinas, imposible de entrar, quiénes lo han intentado, jamás lo han conseguido. Todos perecen, en las puertas de la muralla o junto a las flores bellas, nunca llegan al palacio.
¿Quién hay en el castillo?, un alma sin cuerpo. Que terrible pesar pues no es el alma de un filósofo. Se le ve triste, quiere un cuerpo. Su vida, es vivir ene. Castillo, pero ¿y como es el mundo?. No lo sabe. Busca y busca un cuerpo día y noche. Durante semanas, meses, años, no tiene edad. Quizás una docena de milenios sea su edad. A cada instante de su vida etérea piensa si no será un castigo divino. Busca dentro de su castillo un cuerpo con el poder ver el mundo. Los pasillos del castillo tienen tantas puertas y detrás de ellas hay habitaciones o más pasillos y algunos secretos, que diez veces el número de habitaciones de la tierra hay en esos pasillos. ¿Imposible salir! Como deseaba que alguien pudiese entrar. Pero era una meta dificilísima.
Pero un día, el milagro sucedió y alguien atravesó el jardín asesino. ¿Cómo, con que armas?, simplemente caminó sobre él, desnudo y cantando. El cielo se abrió y del castillo una lengua de fuego lo recogió. Un gorrión avisó a su señor: “!No puede ser, un hombre lo ha conseguido!, quiero verle, hablarle, que pase, ¡rápido!.” Miles de gorriones y otros pájaros fueron en busca del viajero. Lo agarraron con sus patitas suaves como la seda y lo llevaron ante el alma. -¿Quién eres?, intrépido mortal.
-Soy un poeta, soy un trovador o un ave volador, un caminante que busca la soledad, la compañía de una soledad; o quizás busque algo que no sea la soledad, no lo sé. Por eso he venido a tu Castillo.
-¿Quieres vivir aquí, solo?, ¿no te importa no ver el mundo?.
-Que más me da, al menos esto es bello, aquí podré cantar, soñar e incluso volar. No pido nada más, sólo pluma y hojas para escribir. Toma mi cuerpo. Mátame y así podré empezar a vivir.
-Rodeado estarás de brisas cálidas, a veces frías que te cortarán en mil pedazos, aún siendo un alma sin cuerpo, ¿eso quieres?.
-Si en mil trozos me despedaza, en mil lugares podré estar. Mil relatos podré componer. Mil historias sabré.
-¿Es que buscas la soledad eterna?
-Sí, soledad tranquila, o quizás no quiera estar solo.
-¡Pero aquí lo estarás!
-Quien sabe, este castillo es infinito, buscaré. Solo en el mundo estaba, esto no puede ser peor, sino, moriré.
-Veo en tus ojos gotas de mar, que ocurre.
-Deseo encontrar.
-Lo que has perdido.
-No, lo que nunca he tenido.
-¿Qué es?
-Una respuesta, una canción, una guitarra, un ave, un amigo, un vaso de veneno, un beso, una hora tranquila, sangre en mi pecho, un susurro, una flor, un reencuentro, una paloma, un libro, unas hojas, una pluma y una historia, sinceridad, un suspiro….-cinco años después-…un mar, un castillo, un…
-Vale, vale me hago una idea, te comprendo, realmente has venido al lugar idoneo para ti. Mi castillo es tuyo, ahora lo puedes tachar de tu lista, una cosa menos que buscar.
-¿Y tu para que quieres un cuerpo?
-Quiero ver el mundo, quiero encontrar lo único que no he tenido nunca, vida. Sí, quiero nacer.
-Pero mi cuerpo no es el de un recién nacido, no nacerás del vientre de una madres, no oirás los gritos de dolor de una mujer dando a luz.
-Da lo mismo, es como si naciera, vivir es mi sueño.
-¿Aquí no vivías?, ¿no eras feliz?
-No, aquí he buscado todo lo que quería como tu ahora, lo he ido encontrando y solo me falta una cosa, un cuerpo y así ver lo que has visto tu. ¡Dámelo ya!, sin falta, sin más demora. Por favor mi emoción es tan grande que quizás funda el hielo, dame tus manos.
Así lo hicieron, se cogieron de las manos, uno etéreas, el otro de carne y huesos, poco a poco el cambio se fue haciendo patente. El pecho del viajero se abrió un poco y de allí salía un humo denso que iba moldeando una forma de hombre por llamarlo de alguna manera, una sombra se posó al lado del alma del castillo que se deformaba, dejo de tener forma humana, ahora él era de humo espeso, se iba colando por la brecha pectoral del cuerpo sin vida, inerte, una vez dentro el cuerpo recobró la conciencia, el oxigeno llenó los pulmones y al fin se movió. Aquel cuerpo pasó a tener un alma nueva. –Aleluya, estoy vivo, adiós mundo irreal y muerto, me voy. ¡Adiós Alma sin cuerpo, ahí te pudras!. ¡Libre!.
-Si, si, eso te crees. Buscaré, crearé y un alma libre seré. Quizás no encuentre todo lo que yo deseo, pero en eso consiste vivir, llegar a la muerte desnudo y dispuesto a ser un alma en un castillo de hielo y cristal.
¿Qué fue del alma con cuerpo?, se dio cuenta que en el mundo él no era nada. Un trozo de carne, ni siquiera sabía cantar, no era poeta ni trovador. Intentó llegar a su antigua residencia. Sí, al Castillo, pero no llegó ni a la puerta. Murió desangrado sin tan siquiera ver la puerta dorada de lo que fue su Castillo. ¿Quién era más feliz?, el que día tras día buscaba algo que le mantenía con vida o aquel que cuando encontró lo que buscaba murió por volver a buscar lo que había perdido, su vida. Creo que ninguno de los dos, buscar, crear es tan difícil que a veces la muerte es un lecho de rosas y encontrar algo que creemos que es lo que buscábamos, puede ser erróneo y la muerte puede ser un lecho de jazmines. Eso sí, ser un poeta y un trovador desnudo puede ser un suspiro, aunque se sangre por ojos, venas y pecho.